¿Cómo controlo mis ganas de llorar?

Llevo tiempo con una situación que considero poco conveniente. Cada vez que algo me hace enojar o que simplemente me molesta me dan ganas de llorar, casi incontrolables. Tengo problema con esto porque nunca me ha gustado quedarme sin hacer nada en caso de que algún suceso me afecte, siempre trato de (si es el caso) enfrentar a la persona y platicar o aclarar la cosas, lo que que ahora se me complica porque al estar hablando me llegan esas ganas incontrolables de llorar y siento que esto le quita seriedad a lo que estoy tratando de aclarar pues creo que sólo lo ven como que "me lo tomo muy a pecho".
Considerando lo que me pasa he optado por mejor no decir nada ante un descontento porque además al momento de hacerlo las ganas de llorar y mi intento por controlarlas hacen que no pueda seguir hablando.
Esto no me pasaba hace unos años pues me recuerdo en la escuela enfrentando a maestros tras haberme hecho algo que no me parecía y que realmente me hacía enojar.
Me gustaría algún tipo de ayuda.

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Seguramente estás pasando por una época de más cansancio y menos energía, eso hace que cuando algo te enfada o te frustra, en lugar de enfrentarlo como habitualmente lo haces, estés "más blandita" y te vengan las ganas de llorar.

Cuando estamos en un momento vital de menos energía, ante algunas discusiones podemos pensar que no nos van a entender, que da igual lo que digamos y la reacción más inmediata (y la más sencilla) es llorar de impotencia.
Cuando creas que es importante contestar a la otra persona y dar tu punto de vista, tienes dos opciones:

Si el hecho de que finalmente te pusieses a llorar tuviese demasiados costes para ti, sigue haciendo lo que estás haciendo ahora, y no digas nada de momento. Cuando pase esta época y tengas más energía y estés más fuerte, volverás a enfrentarte a las discusiones sin problema.

Pero si crees que merece la pena contestar, a pesar de que en algún momento se te puedan humedecer los ojos, es mejor que des tu opinión: respira hondo un par de veces y concéntrate en lo que quieres decir y en tu objetivo que es expresarte, independientemente de lo que entienda la otra persona o lo que le parezca. Si en algún caso te pasa que te pones a llorar a pesar de todo, explicas que estás sensible, y que no tiene nada que ver con el tema que estáis tratando y vuelves a intentar explicarte.

Si es algo que te lleva pasando mucho tiempo (años) y no una temporada de unos meses, entonces tendrás que tomar la opción dos, porque por algún motivo has desaprendido a discutir o a decir lo que piensas de una manera adecuada y tienes que volver a aprenderlo y la mejor manera es practicando (porque entre otras cosas te irá desensibilizando). Prueba a hacerlo, verás como cada vez tardan más las lágrimas a aparecer en tus ojos, y cada vez te expresas mejor. Eso a su vez hará que cada vez te sientas más segura y menos preocupada por si te pondrás o no a llorar y te puedas concentrar mejor en tu discurso.

Muchas gracias!
Efectivamente llevo años con esto. Lo pondré en práctica, me ha servido de mucho leer tu ayuda. Gracias(:
Saludos.

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