El fluido infeccioso, para que conserve su capacidad de transmisión, tiene que ser muy reciente y estar presente en una cantidad perceptible, lo cual en el caso de la sangre es muy evidente al ser roja.
La supervivencia del VIH fuera del organismo es muy corta, ya que necesita de las células vivas para replicarse.
La transmisión de la infección tiene lugar de persona a persona, sin objetos intermedios como pueden ser: textiles, celulosas, comida o bebidas…
El VIH no se transmite en las siguientes situaciones:
Compartir baños con otras personas o con personas que viven con el VIH-sida
Compartir alimento, bebidas y utensilios de cocina con otras personas o con personas que viven con el VIH-sida
Picadura de insectos
Abrazos, caricias, apretón de manos, besos, masajes…a personas seropositivas
Por compartir vida social
Por gotitas de saliva que una persona expulsa al hablar, toser, estornudar o simplemente al respirar.
Por utilizar teléfonos de personas contaminadas o enfermas.
Por medio de la saliva o pelo de animales domésticos.
Por medio del uso compartido del menaje de hogar con una persona enferma o portadora.
Por utilizar sanitarios comunes o públicos.
Por ir al colegio, instituto, universidad, a trabajar, a conferencias, cines, teatros, reuniones, fiestas… con alguna persona portadora o enferma.
En las donaciones o transfusiones, en países desarrollados como el nuestro.
Por cortarse el pelo con tijeras utilizadas en las peluquerías.
Por compartir gimnasio, piscina y aseos.
Por hacerse la pedicura o la manicura.