Las religiones y su poder social
Me gustaría conocer tú opinión sobre el poder social de las religiones.
Gracias,
Jorge Leiva Pezoa
Chile
Gracias,
Jorge Leiva Pezoa
Chile
1 respuesta
Respuesta
1
El tema que mencionas es amplio ya que abarca muchos aspectos a considerar.
Abordaré dos de ellos ya que me parecen más abarcativos :
- El poder del mensaje religioso, como transformador social, cultural y espiritual.
- El poder de las organizaciones religiosas desde un punto de vista histórico, político y social.
El primero es a mi juicio una influencia positiva, si se consideran sus contenidos conciliadores y la intención de orientar nuestras vidas hacia una meta elevada. Ha sido un código útil en el comienzo de las sociedades por su papel orientador y organizador. El mismo contempla aspectos personales, sociales y universales. Por este motivo las religiones han tenido siempre un papel social preponderante y han sido un instrumento social que evoluciona con las personas.
Las organizaciones religiosas muestran día a día que tan cerca están, tanto sus líderes como sus seguidores, de los principios que proponen. Aquí es donde se presenta en muchos casos una contradicción entre sus ideales e intereses, pues estas organizaciones, como muchas otras, dependen del comportamiento y la actitud de los miembros que las forman. Muchos de ellos las utilizan, a veces inconscientemente, para satisfacer deseos de poder, prestigio y aceptación; y no dudan en utilizar el mensaje religioso para lograr beneficio propio, engañando a los creyentes, aprovechándose de su ignorancia, su inocencia, o su necesidad de creer. Este objetivo proyecta estos "intereses sociales" en pues del poder, y es aquí donde se vuelven válidas toda suerte de artimañas; haciéndose uso de la propaganda, la política y la fuerza para lograr el éxito buscado.
La historia está llena de ejemplos sobre este tipo de acciones.
Las religiones en su origen constituyeron sistemas teocráticos, encabezados por quienes que eran considerados la máxima expresión de Dios, y a veces hasta Dios mismo. Estos regentes eran incuestionables y tenían poder absoluto sobre sus territorios.
Más allá de las cuestiones políticas, reorganizaron sus sociedades imponiendo sus bases "religiosas" y crearon por ejemplo estructuras sociales como el sistema de castas, que en el siglo pasado se comenzaron a abolir, pero que costará erradicar, ya que se ha seguido esta pauta por milenios. Buda fue uno de los primeros maestros espirituales que los cuestionó y sin embargo han perdurado hasta nuestros días.
Algunos estados siguen teniendo sistemas de tipo teocrático, estando sus regentes a la cabeza de los mismos y de su organizaciones religiosas. Un ejemplo es El Vaticano, existiendo situaciones similares en las culturas de Oriente.
A diferencia de antaño, hoy son en realidad sus organizaciones las que manejan las políticas de gobierno, custodian las riquezas y territorios conquistados. A modo de ejemplo, según los historiadores, la imposición del celibato fue entre otras cosas una de las precauciones que tomó la iglesia sobre cuestiones de herencia, para que ciertas tierras pudieran seguir o pasar a sus manos.
Antecedentes como estos nos muestran claramente que el poder de las organizaciones religiosas trasciende ampliamente lo social, llegando a disponer en algunos casos, de la vida y los bienes de la comunidad.
Rodolfo N
Argentina
Abordaré dos de ellos ya que me parecen más abarcativos :
- El poder del mensaje religioso, como transformador social, cultural y espiritual.
- El poder de las organizaciones religiosas desde un punto de vista histórico, político y social.
El primero es a mi juicio una influencia positiva, si se consideran sus contenidos conciliadores y la intención de orientar nuestras vidas hacia una meta elevada. Ha sido un código útil en el comienzo de las sociedades por su papel orientador y organizador. El mismo contempla aspectos personales, sociales y universales. Por este motivo las religiones han tenido siempre un papel social preponderante y han sido un instrumento social que evoluciona con las personas.
Las organizaciones religiosas muestran día a día que tan cerca están, tanto sus líderes como sus seguidores, de los principios que proponen. Aquí es donde se presenta en muchos casos una contradicción entre sus ideales e intereses, pues estas organizaciones, como muchas otras, dependen del comportamiento y la actitud de los miembros que las forman. Muchos de ellos las utilizan, a veces inconscientemente, para satisfacer deseos de poder, prestigio y aceptación; y no dudan en utilizar el mensaje religioso para lograr beneficio propio, engañando a los creyentes, aprovechándose de su ignorancia, su inocencia, o su necesidad de creer. Este objetivo proyecta estos "intereses sociales" en pues del poder, y es aquí donde se vuelven válidas toda suerte de artimañas; haciéndose uso de la propaganda, la política y la fuerza para lograr el éxito buscado.
La historia está llena de ejemplos sobre este tipo de acciones.
Las religiones en su origen constituyeron sistemas teocráticos, encabezados por quienes que eran considerados la máxima expresión de Dios, y a veces hasta Dios mismo. Estos regentes eran incuestionables y tenían poder absoluto sobre sus territorios.
Más allá de las cuestiones políticas, reorganizaron sus sociedades imponiendo sus bases "religiosas" y crearon por ejemplo estructuras sociales como el sistema de castas, que en el siglo pasado se comenzaron a abolir, pero que costará erradicar, ya que se ha seguido esta pauta por milenios. Buda fue uno de los primeros maestros espirituales que los cuestionó y sin embargo han perdurado hasta nuestros días.
Algunos estados siguen teniendo sistemas de tipo teocrático, estando sus regentes a la cabeza de los mismos y de su organizaciones religiosas. Un ejemplo es El Vaticano, existiendo situaciones similares en las culturas de Oriente.
A diferencia de antaño, hoy son en realidad sus organizaciones las que manejan las políticas de gobierno, custodian las riquezas y territorios conquistados. A modo de ejemplo, según los historiadores, la imposición del celibato fue entre otras cosas una de las precauciones que tomó la iglesia sobre cuestiones de herencia, para que ciertas tierras pudieran seguir o pasar a sus manos.
Antecedentes como estos nos muestran claramente que el poder de las organizaciones religiosas trasciende ampliamente lo social, llegando a disponer en algunos casos, de la vida y los bienes de la comunidad.
Rodolfo N
Argentina