Terrorismo islámico
Al parecer el terrorismo islámico es financiado por ciertos estados musulmanes, recibiendo un intenso apoyo en el adoctrinamiento político-religioso, que le ayuda en su propagación. ¿Cuáles son estos estados? Parece ser que Arbia Saudí es uno de ellos. El 27 de Enero, la cadena estatal de este país transmitió en directo el sermón del imán jeque Slih bin Muhammad al Talib, quien dijo que ha llegado la hora de que los cristianos y judíos se conviertan al islam: "Hago un sincero llamamiento junto con el mensaje de nuestro profete Mahoma a los no musulmanes y digo: ¡Convertíos al islam para tener paz!" El imán terminó su oración diciendo : "Oh Dios ayuda a los combatientes (muyahidines ) por tu causa"
¿En qué medida esto afecta a los musulmanes?
¿En qué medida esto afecta a los musulmanes?
Respuesta de horemheb1979
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Efectivamente, no te equivocas mucho cuando dices que ciertos países financian el terrorismo islámico. De ellos, el más significativo, tanto en apoyo económico como doctrinal, es Arabia Saudí. Curiosamente, uno de los países que EEUU no ha perseguido en su "lucha" (entre muchas comillas) contra el terrorismo internacional.
Ese sermón que comentas ha sido muy comentado en los últimos meses. PEro para entender la clave del problema, hay que hacer mención a la doctrina que tanto este imán como otros altos cargos saudíes profesan: El Wahabismo.
Esta doctrina, que muchos pensadores musulmanes consideran herética dentro de su religión, nace en Arabia en los principios del siglo XVII, de la mano de Muhammad Ibn Abdel Wahab, y se consolida como doctrina con el apoyo de la actual casa gobernante, los Ibn Saud ( de ahí el nombre de Arabia Saudí). Es una doctrina esencialmente conservadora, que predica la Sharia como única forma posible de gobierno, muy disciplinada en sus postulados y con una visión muy determinada del mundo ( que dividen entre Dar al Islam -la Casa del Islam- y Dar al Harb -la Casa de la guerra-, para contraponer la civilización musulmana con cualquier otra que no profese sus creencias).
Este credo es plenamente aceptado por la familia real saudí ( que los que vivimos en España tenemos que soportar cada verano en nuestra costa, haciendo una ostentación económica que nada tiene que ver con la religión). En Arabia no hay otra religión que el Islam wahabí (muy distinto a otras corrientes), y es delito el proselitismo y pertenecer a otra religión.
¿Hasta dónde alcanza el problema? Pues alcanza mucho más lejos de lo que se piensa. EL apoyo de Arabia Saudí a grupos integristas de carácter sunní es total (yihadistas, salafistas, Al Qaeda, Hamas, etc), y lo peligroso es que esa financiación también alcanza a numerosas mezquitas privadas que se están implantando por el mundo. En España, país en el que resido, muchos musulmanes (por favor, no caigáis en el error de pensar que todos los musulmanes son radicales, de hecho su amplia mayoría no lo son) comentan que las mezquitas oficiales están muy peocupadas por el avance de las otras, financiadas por Fadh y sus acólitos, pues exponen una doctrina del islam tergiversada, violenta, yihadista, que no sólo hace daño al resto de sus hermanos, sino también a la causa misma de esta religión.
¿Qué podemos hacer ante esto? Pues pensar que Dios es uno, al margen de las interpretaciones que cada cual podamos tener de El, pero no reaccionar con violencia ante los violentos, y por vías políticas (excluyendo totalmente el uso de la guerra y otros ataques), asestar golpes económicos contra este poder que se sustenta totalmente en el petróleo para poder financiarse. Exigirle a EEUU que no es terrorista sólo quien es su amigo, sino el que financia a estos grupos (no hay que olvidar que el Tío Sam no hace nada contra ellos porque les interesan mucho sus recursos petroleros).
Y dejo caer aquí una utopía, no por lejana menos deseable: El día en que el desarrollo sostenible esté en la mente de todos, dejaremos de depender del petróleo como medio de hacer funcionar nuestra industria y, con ello, de estos personajes que tanto daño hacen con sus acciones.
Ese sermón que comentas ha sido muy comentado en los últimos meses. PEro para entender la clave del problema, hay que hacer mención a la doctrina que tanto este imán como otros altos cargos saudíes profesan: El Wahabismo.
Esta doctrina, que muchos pensadores musulmanes consideran herética dentro de su religión, nace en Arabia en los principios del siglo XVII, de la mano de Muhammad Ibn Abdel Wahab, y se consolida como doctrina con el apoyo de la actual casa gobernante, los Ibn Saud ( de ahí el nombre de Arabia Saudí). Es una doctrina esencialmente conservadora, que predica la Sharia como única forma posible de gobierno, muy disciplinada en sus postulados y con una visión muy determinada del mundo ( que dividen entre Dar al Islam -la Casa del Islam- y Dar al Harb -la Casa de la guerra-, para contraponer la civilización musulmana con cualquier otra que no profese sus creencias).
Este credo es plenamente aceptado por la familia real saudí ( que los que vivimos en España tenemos que soportar cada verano en nuestra costa, haciendo una ostentación económica que nada tiene que ver con la religión). En Arabia no hay otra religión que el Islam wahabí (muy distinto a otras corrientes), y es delito el proselitismo y pertenecer a otra religión.
¿Hasta dónde alcanza el problema? Pues alcanza mucho más lejos de lo que se piensa. EL apoyo de Arabia Saudí a grupos integristas de carácter sunní es total (yihadistas, salafistas, Al Qaeda, Hamas, etc), y lo peligroso es que esa financiación también alcanza a numerosas mezquitas privadas que se están implantando por el mundo. En España, país en el que resido, muchos musulmanes (por favor, no caigáis en el error de pensar que todos los musulmanes son radicales, de hecho su amplia mayoría no lo son) comentan que las mezquitas oficiales están muy peocupadas por el avance de las otras, financiadas por Fadh y sus acólitos, pues exponen una doctrina del islam tergiversada, violenta, yihadista, que no sólo hace daño al resto de sus hermanos, sino también a la causa misma de esta religión.
¿Qué podemos hacer ante esto? Pues pensar que Dios es uno, al margen de las interpretaciones que cada cual podamos tener de El, pero no reaccionar con violencia ante los violentos, y por vías políticas (excluyendo totalmente el uso de la guerra y otros ataques), asestar golpes económicos contra este poder que se sustenta totalmente en el petróleo para poder financiarse. Exigirle a EEUU que no es terrorista sólo quien es su amigo, sino el que financia a estos grupos (no hay que olvidar que el Tío Sam no hace nada contra ellos porque les interesan mucho sus recursos petroleros).
Y dejo caer aquí una utopía, no por lejana menos deseable: El día en que el desarrollo sostenible esté en la mente de todos, dejaremos de depender del petróleo como medio de hacer funcionar nuestra industria y, con ello, de estos personajes que tanto daño hacen con sus acciones.
