Partiendo de la base de que ciertos utensilios deben de ser de uso personal exclusivamente, por normas de higiene universal, si nos centramos en la transmisión del VIH, para que exista riesgo, se tienen que dar de forma simultánea:
- Que los fluidos capaces de transmitir la infección (sangre, semen, flujo vaginal) estén presentes en cantidad perceptible y que sean recientes.
- Que dicho fluido, alcance el torrente sanguíneo de la persona sana a través de una herida abierta y profunda.
Si falta alguna de estas dos condiciones, no habrá riesgo de transmisión.
Aclaraciones:
Perceptible: Que se puede recibir o percibir por alguno de los sentidos.
Evidente: Cierto, claro, patente y sin la menor duda.
Reciente: Que no haya pasado mucho tiempo desde que el fluido infeccioso salió de la persona
Resumen: Esto supone
1º.- Que el objeto haya sido usado por una persona portadora
2º.- Que se haya cortado o herido y dejado fluido infeccioso en el utensilio
3º.- No haya lavado el objeto
4º.- Que inmediatamente, la persona sana, utilice el objeto infeccioso 5º.- Y se haga una herida abierta y profunda con él, permitiendo que la sangre infectada, visible y reciente entre a través de ella a su organismo.
En el caso de los domicilios, los cepillos de dientes y las maquinillas de afeitar, se suelen lavar al terminar de usarlos, ya que de otra manera serían evidentes los restos de espuma de afeitar y pelos o pasta de dientes, según el caso.