Desde mi punto de vista, al haber hecho dietas de las llamadas "milagro", rápidas y con efecto rebote, probablemente tienes el metabolismo alterado. Esto hace que necesites una dieta específica para tí que yo, desde aquí, no te puedo poner. Necesitas un dietista experto cerca de tí que te pueda tratar directamente.
Lo que sí puedo hacer es darte algunas ideas generales de cómo deberías estar comiendo para tener resultados a la hora de perder peso (si es que te sobra, porque no me indicas ningún dato al respecto).
1.- No existen las dietas radicales ni rápidas. El resultado de las que se publicitan así es un desastre metabólico que lleva al temido efecto rebote.
2.- Cada persona es diferente. Hay quien reduciendo los hidratos de carbono de absorción rápida (en general el azúcar, alcohol, harinas, fritos...) baja de peso y hay quien necesita reducir las grasas que consume. De esto depende que la grasa acumulada sea de tipo visceral o de tipo subcutánea y la única manera de saberlo es con un médico o un nutricionista que lo compruebe.
3.- Hay que tener en cuenta que a veces a lo largo de la vida experimentamos subidas de peso que son normales teniendo en cuenta la edad de cada uno. El problema es que si no llevamos una buena dieta, saludable, con un buen consumo de verdura y fruta, carnes blancas y pescados y aceite de oliva o de coco como grasa principal, y lácteos como el yogur o el queso blanco esa grasa no deseada se acumula donde no debe. Esto puede ser debido a la genética de cada uno o bien a unir una mala alimentación a la falta de ejercicio, que en tu caso me da la impresión de que es lo que ha ocurrido.
4.- Una cosa es el peso ideal y otra muy distinta el peso saludable. Mi peso ideal según el canon moderno (y según lo que Zara o Mango opinan que debería pesar) es de 54 kg. Pues resulta que mi peso saludable a mi edad y teniendo en cuenta mi altura es de 64 kg, que se aleja muchísimo de la idea que el mundo de la moda tiene de las mujeres.
5.- Si partimos de la idea que me das de que tu aumento de peso se ha debido a un cambio en tu vida, podrías hacer lo siguiente: apunta hoy mismo lo que comiste ayer. Y apúntalo todo, incluso la más mínima patata frita que hayas podido picar. Es muy importante que seas sincera contigo misma.
6.- Apunta hoy lo que vayas comiendo. Hasta la más mínima loncha de jamón o gominola o chicle que lleves a la boca. Apunta también si bebes agua o zumos, o colas, o leche... absolutamente todo.
7.- Una vez tengas todo esto, pregúntate: ¿Estoy comiendo 5 piezas de fruta y verdura al día? ¿Estoy comiendo comidas preparadas de forma industrial? ¿Estoy comiendo huevos, pollo, conejo... carnes blancas en general? ¿Estoy comiendo pescado blanco dos veces por semana y pescado azul dos veces al mes? ¿Estoy comiendo legumbres, cereales como el arroz? ¿Qué pinta tiene mi plato? ¿Tiene muchos colores o es casi todo marrón y blanco? ¿Estoy comiendo como antes de engordar o de forma completamente distinta?
8.- Estas preguntas te pueden indicar qué estás haciendo mal con la comida. Ten en cuenta que lo bueno del metabolismo es que igual que lo hayas modificado comiendo mal, puedes volver a cambiarlo comiendo bien.
9.- Divide tu plato imaginariamente por la mitad. La mitad del plato debe estar formado por hidratos de carbono ricos en fibra y bajos en calorías: verduras de todos los colores. Si al mediodía las tomas crudas, como por ejemplo en una ensalada, por la noche sería bueno que fueran cocidas. La otra mitad del plato, divídela en tres partes.⅔ Deberán ser proteínas magras como pollo, pescado blanco, conejo, pavo... o bien pescado azul una vez cada quince días. También cada quince días puedes comer carnes rojas. El tercio que falta, déjalo vacío mientras haces dieta. De postre, una pieza de fruta, preferentemente de temporada. Ahora en otoño tienes manzanas, peras, puedes tomar uno o dos higos, un par de ciruelas... Es preferible que la comida más copiosa sea al mediodía porque así irás gastando a lo largo de la tarde. Puedes controlarlo comiendo en plato llano al mediodía y en plato de postre por la noche.
10.- En el desayuno puedes tomar un lácteo, una fruta y algo de proteína (1 huevo revuelto, un poco de jamón...) Intenta evitar los dulces. El alcohol, mientras haces dieta, nada de nada. A media mañana y a media tarde puedes tomar algo de proteína: un poco de jamón, un poco de atún en lata o sardinas...
11.- Organiza tu vida. Tienes que dejar tiempo para hacer la compra y cocinar. Nada de comida que venga hecha en una caja y se caliente al microondas porque no tienes ningún control sobre los ingredientes. Nada de pensar que hoy te puedes pasar y mañana ya compensas. El hacer dieta a base de compensar solo lleva a comer de forma desordenada y a ralentizar el metabolismo. En tu agenda tiene que haber también 1 hora de ejercicio tres veces por semana o bien media hora cada día. Puedes alternar ejercicios: dos días correr, por ejemplo, y un día de pesas. De ese modo haces tanto ejercicio aeróbico, que te ayuda a mantener bajos los niveles de insulina como anaeróbico, que ayuda a quemar grasa. No hay ningún ejercicio específico para perder grasa de un sitio determinado, así que lo mejor es ir cambiando: un día ejercitar brazos y abdomen, otro día piernas y caderas... y piensa que se tarda más en perder peso que en ganarlo. También piensa que si te acostumbras a comer correctamente y lo haces así conscientemente durante unos seis meses con el tiempo tu cerebro se acostumbrará y lo aceptará, mejorando la pérdida de peso con el tiempo y evitando el efecto rebote.
12.- Por último, lo más importante: no se pierde peso quedándote sin comer o comiendo por debajo de lo que tu cuerpo necesita porque el cerebro va a detectar que estás pasando hambre y guardará cada caloría como si fuera la última del mundo. Por eso no se pierde peso si pasas hambre. Si ahora mismo estás comiendo unas 1200 calorías (que es lo que suelen suministrar las dietas milagro) el cuerpo va a quedarse como está y no bajará ni un miligramo. Si pierdes peso así es porque pierdes agua y el agua es fundamental para perder peso correctamente. No voy a entrar aquí en porqué es importante beber agua, pero si no estás bebiendo unos dos litros diarios (incluyendo infusiones), estás cometiendo un error. La sed puede confundirse con hambre, por lo que puedes tener sensación de hambre cuando en realidad el cerebro te pide agua. Intenta beber esos dos litros a lo largo del día, pues tampoco sirve de nada beberlos todos juntos.
Terminando, porque esto se hace muy largo, tienes que ver cómo controlar el estrés. El yoga es un buen ejercicio aeróbico que ayuda a mantener la mente tranquila. Además, niveles altos de estrés contribuyen a captar peso. También los estados depresivos contribuyen a que sea difícil perder peso. Busca algo que te agrade hacer y úsalo como premio en lugar de la comida. Sal a pasear, que te de el aire, reúnete con amigos o busca gente con tus mismas inquietudes y reuníos una vez a la semana y pasadlo bien. Una cosa buena son los grupos de gente que hace senderismo, por ejemplo. El ejercicio y el contacto con otros y con la naturaleza mejora el estado de ánimo y contribuye a perder peso. Si estás triste, puedes hacer eso que tanto te agrada en lugar de abrir el frigorífico. Y mucha paciencia. Perder peso es tu responsabilidad y lleva algo de tiempo. Prémiate con un paseo bonito con cada 2-3 kg que pierdas y ten por seguro que si eres capaz de llevarlo a cabo podrás hacer cualquier cosa que te propongas en la vida.