Una crisis energética es una gran carestía en el suministro de fuentes energéticas a una economía. Normalmente significa una disminución de la disponibilidad de petróleo, electricidad u otros recursos naturales tradicionales, que perjudica a gran parte de la sociedad.
Los periodos de crisis energética siempre obligan a buscar medios para superarla. Esto puede interpretarse como una utilidad o consecuencia positiva derivada de la situación.
Consecuentemente, de ellos surge la urgente necesidad de llevar a cabo actividades de investigación y desarrollo tendientes a idear ( o reflotar) nuevos sistemas, métodos o tecnologías basadas en principios de generación energética no tradicionales.