Después del resultado de la Primera Guerra Mundial, Alemania y el Imperio Austrohúngaro fueron culpabilizados en el Tratado de Versalles como únicos responsables del conflicto y se les sometió por parte de los vencedores (Francia y Gran Bretaña) a grandes sanciones económicas. El Imperio Austrohúngaro fue desmantelado en naciones y Alemania tuvo que soportar grandes multas que, al no poder ser pagadas, supusieron la expropiación de recursos (como el carbón) e industria.
Esto provocó en Alemania una devaluación del marco y una miseria sin precedentes que se tradujo en el germen de partidos radicales (comunistas y nacionalsocialistas). Estas fuerzas señalaban a la naciente República de Weimar como cómplice de estas calamidades e intentaron desestabilizar el país a principios de los años 20.
En 1924, las fuerzas de asalto del partido Nacional Socialista Alemán de los Trabajadores (NSDAP o partido Nazi) dieron un golpe de estado en Munich (el "Putsch de Munich") que fracasó pero llevó a su líder, Adolf Hitler, que hasta ese momento era relativamente desconocido, a ganarse una cierta relevancia en los medios de comunicación.
Hitler fue detenido y encarcelado en abril de 1924 y liberado (por una amnistía) a finales de ese mismo año. Durante este tiempo escribió el libro "Mi Lucha" ("Mein Kampf") en el que acusa a los judíos de causar la derrota de Alemania en la Gran Guerra, expone su teoría racial de primacía aria y la necesidad de Alemania de conseguir territorios para prosperar (el espacio vital o "lebensraum").
Durante la segunda mitad de los años 1920, la situación empezaba a mejorar para la República y la inflación se moderaba. Sin embargo, llegó el crack de la bolsa de 1929 y volvieron las revueltas sociales provocadas por la brutal crisis, el desempleo así como las constantes luchas entre las fuerzas de asalto del Partido Nazi y las del Partido Comunista que empezaron a desestabilizar la situación.
Entre 1929 y 1933 la sucesión de gobiernos de la República de Weimar fue contínua y el ascenso del Partido Nazi (en gran parte como contrapunto del Partido Comunista) fue fulgurante. En 1930, pasó de ser la novena fuerza política a la segunda.
Tras varias elecciones y cambios de gobierno, a finales de 1932 y principios de 1933, los conservadores alemanes de Franz von Papen trataron de formar un gobierno con el partido Nazi (en minoría en ese momento) con Hitler como Canciller pensando que Hitler podría ser controlado.
De esta forma, el presidente Hinderburg, nombró a Adolf Hitler Canciller el 30 de enero de 1933. Desde 1930 todos los poderes del estado estaban cedidos al Canciller pero era el parlamento el que controlaba la administración de este poder.
Hitler, trató de provocar una confrontación con el Partido Comunista que le permitiese acaparar todo el poder del estado pero ésta no se produjo. Convocó nuevas elecciones pero, antes de que estas se celebrasen, hubo un incendio en el parlamento alemán (Reichstag). Los nazis culparon inmediatamente a los comunistas del atentado y se produjo el golpe de estado que Hitler buscaba acaparando en ese momento todo el poder ejecutivo.
Tras asentarse como dictador de Alemania y gracias al apoyo de grandes industriales, comenzó a poner en marcha la economía alemana enfocándola a recuperar tanto el terreno perdido tras la Primera Guerra Mundial como el orgullo nacional y someter a los pueblos inferiores (eslavos, judíos, gitanos,...) y conseguir el "espacio vital" (lebensraum) que Alemania necesitaba según sus ideas políticas.