Las piedras de calcio en el riñón son de oxalato cálcico.
Habitualmente se forman cuando hay una ingesta muy abundante y sostenida en el tiempo (años y años) de alimentos ricos en ácido oxálico (el más común es el tomate).
Se recomienda ingerir alimentos ricos en calcio al mismo tiempo que ingieres los ricos en oxálico. Por ejemplo, si comes tomate, añádele un poco de queso, o come de postre un yogur o un vaso de leche.
El calcio de estos lácticos reacciona en el intestino con el oxálico formando el oxalato cálcico, que precipita y se expulsa por el recto. De esta manera el exceso de oxálico no pasa a la sangre. Es precisamente cuando hay exceso de oxálico en sangre durante años, cuando reacciona con el calcio presente en el plasma sanguíneo (del famoso circuito de calcio de nuestro organismo), y pasa al sistema urinario, pero precipitado en forma de piedra.
Para aclarar un poco la nomenclatura, precipitado significa "sólido, o solidificado" es decir un ácido oxálico (soluble en agua) y unos iones calcio (también disueltos) de por sí no son sólidos, pero cuando reaccioa el uno con el otro forma la sal (oxalato calcio), la cual es sólida (la piedra).