Hay dos tipos de Estados con respecto a la homosexualidad: los Gobiernos que los ven como fuente de beneficios y los Gobiernos que los ven como fuentes de problemas.
Los Estados que ven a los homosexuales como fuentes de beneficios, les da igual la condición sexual y lo que les importa es que es un grupo de personas consumidoras. Si a este grupo se le reprime, no consume, si a este grupo se le abren las puertas consume mucho más.
El grupo social homosexual cuanto más cómodo está en un Estado más consume y más si este le reconoce derechos que antes no tenían: casarse, adoptar, tener hijos, tasas de papeleos, pagar impuestos, mejores empleos, puestos de responsabilidad, viajes, vacaciones, productos específicos, cosméticos, ropa especial, medicamentos y parafarmacia, demando más mercado y abre nuevos, etc.
Para un estado moderno, la persona homosexual integrada da beneficios.
En los países donde se oculta y prohíbe la homosexualidad o no tiene derechos (a veces lo contrario), ni "pinta nada", no se le da trabajo o tiene trabajos peores, consume lo justo. La persona homosexual, en estos países es un "apestado", sin embargo, en los que los aceptan es una fuente de bienestar, un buen consumidor.
En resumen, El Estado da los derechos que la homosexualidad necesita para integrarse como consumidor