Creo que me engañan en mi Concurso de acreedores voluntario
Me encuentro en una situación desesperada. Mi marido y yo, nos encontramos en un concurso de acreedores en fase final, nuestra mayor deuda es con la caixa, a ellos les debemos 281.000€, por una vivienda con aval de otra que me requirieron poner... Las tasaciones de ambas están por encima de la deuda, mi hija que es abogada. Lo está llevando, como puede, pero la pobre, que sólo tiene 26 años, esto le queda muy grande. Siempre hemos negociado para la dación en pago y un alquiler social... Yo estoy en en paro con una minusvalía del 66% y mi marido cobra la pensión para mayores de 55 años. Ahora me salen con que me van a comprar las viviendas, me piden infinidad de datos y yo no entiendo nada... Ahora quieren venir a tasar las casas... No sé lo que están planeando, pero tengo mucho miedo. En el concurso nos quitan cuatro casas, tres hipotecadas y una libre de cargas. Por favor, podrían ayudarme, aunque sea con una orientación...
Lo primero: tranquilícese . La tasación es algo totalmente imprescindible en un procedimiento concursal, porque este no es más que una valoración de activos. Se trata por tanto de un proceder normal y legal, sin que ello signifique ninguna otra cosa. Diga a su hija que encontrará la respuesta en los artículos 178 bis y 231 de la actual Ley Concursal. Se les abre una vía incidental en que pueden sin ningún género de dudas cuadrar sus cuentas, puesto que están reformados por la ley 25/2015 (la de "segunda oportunidad"). Tiene usted razón en pensar que el asunto se lo debe llevar alguien que tenga experiencia probada; pero lo cierto es que esta ley- que les cae a ustedes que ni al pelo-, fue aprobada hace tan solo unos meses, y por tanto no hay jurisprudencia todavía, y probablemente los foros estén bastante verdes. Pero si su hija hace uso de imaginación, esfuerzo y audacia puede llevar el asunto a muy buen puerto. Para ustedes hay una segunda oportunidad, no tiene por qué apurarse.
Venda la vivienda que tiene libre de cargas .y después siga negociando con los bancos - Juan Antonio Salguero