El concepto de seguridad es bastante subjetivo y sobre todo muy relativo.
Si vives en una isla desierta la cual no esta en los mapas es prácticamente imposible que alguien venga a hacer daño a tus pertenencias o tu persona.
Por el contrario si vives en una zona donde los amigos de lo ajeno se prodigan, tendrás que ponerles difícil su trabajo.
Has de pensar que la seguridad total no existe, y que los medios de protección son indirectamente proporcionales a las ganas y habilidad que tenga la otra parte por saltárselos.
Por así decirlo los ladrones están ordenados por sus capacidades. Los hay que solo son capaces de entrar por una ventana abierta al descuido o los que son capaces de ganzuar una cerradura hasta los que llevan una lanza térmica para abrir la caja fuerte del mejor banco.
Hay una forma de medir las medidas de protección pasivas, que es según el tiempo que se tarda en romperlas por ello se ha de valorar si la ayuda, véase policía, esta cerca o no. Ya que si vives en un monte al que cuesta dos horas llegar, por mucho que se quiera correr, es el tiempo que tienen asegurados los ladrones para actuar tranquilamente sin que llegue nadie a impedírselo.
Con todo ello se ha de hacer un estudio de la seguridad necesaria para tu casa.
Invertir en seguridad es invertir en tranquilidad, ¿y cuánto vale tu tranquilidad?.
Cuando sufres un robo el desasosiego que te genera es tan grande que pagarías mucho dinero por haberlo evitado. Por ello tienes que valorar cuanto estarías dispuesto a pagar para evitar que ocurra.