Se requiere un tratamiento de “acondicionamiento” para obtener el máximo aprovechamiento pues es una proteína de digestión compleja, difícilmente asimilable por el aparato digestivo (prácticamente no se llega al 1 %), Y este tratamiento, de naturaleza química, se conoce como hidrólisis enzimática, gracias a la cual las cadenas polipeptídicas, compuestas por múltiples moléculas de aminoácidos, son fragmentadas en sencillas agrupaciones de unos pocos de ellos llamadas péptidos, cuyo peso molecular, mayormente más bajo de 4000 daltons, hace que se comporten como fáciles sustratos para los jugos digestivos, y son los que constituyen lo que conocemos como colágeno hidrolizado. Se estima que la absorción de este ya supera el 80 %, y sus metabolitos son capaces de atravesar la barrera intestinal y, a través del torrente circulatorio, colonizar los tejidos colaginosos donde se pondrá en marcha un proceso bioquímico crucial de nuestro organismo: la síntesis endógena de colágeno.
Concretamente, las presentaciones de colágeno hidrolizado fabricadas en polvo soluble tienen el objetivo de poder proceder a su mezcla con líquidos fríos o calientes, como agua, zumos, té, sopas, etc. En este sentido resulta interesante saber que su ingestión acompañada de líquidos da lugar a una más rápida absorción, debido a su más breve tránsito por el tracto intestinal, en comparación con una ingesta como materia sólida.