Es malo tomar clonazepam toda entera

Mi novio no puede dejar de fumar marihuana el me dice que es no nada malo y que no puede dejar de fumar, lleva mucho tiempo consumiéndola y cuando no suele fumar se pone de malas no me tolera, tengo con el 2 años de noviazgo por un tiempo se metía activo la verdad yo nunca he estado de acuerdo que haga ese tiempo de cosas, dejo el activo porque decía que le dolía mucho su estomago después de eso se empezó a meter clonazepan y no solo 1 si no 3 o hasta 5 pastillas y se las toma con coca

Se pone super mal, esta todo el día sedado sin motivaciones en la vida, el me dice que no lo entiendo que no se lo que el siente al no poder dejar sus vicios

Estoy muy triste porque lo amo y quiero lo mejor para el, en estos últimos días ha sufrido de depresión ¡Y no se como ayudarlo! Me da miedo que haga una estupidez o que le pase algo lo noto muy acabado

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¿Cannabis inofensivo?
“Un informe reciente debilita la afirmación de que el cannabis [del que se obtienen la marihuana y el hachís] es inofensivo, pues advierte que esta droga es cada vez más potente y que, a largo plazo, provoca grave daño a la salud”, señala el periódico londinense The Independent. La profesora Heather Ashton, de la Universidad de Newcastle (Inglaterra) apunta: “El cannabis afecta casi todos los sistemas corporales. En él se combinan muchas de las propiedades del alcohol, los tranquilizantes, los opiáceos y los alucinógenos”. Se sabe que afecta seriamente la capacidad de conducir. Además, puede producir graves enfermedades mentales, como la esquizofrenia; perjudica los pulmones cinco veces más que los cigarrillos; puede producir tipos extraños de cáncer de garganta y, en algunos consumidores jóvenes, infartos. En la década de 1960, un cigarrillo típico de marihuana contenía 10 miligramos de THC, una sustancia química que afecta el cerebro. “Ahora, gracias a las novedosas técnicas de cultivo, un cigarrillo de marihuana puede contener 150 miligramos de THC, y si se le añade aceite de hachís, hasta 300 miligramos”, explica el rotativo.

La marihuana y el corazón
“Las probabilidades de que los fumadores de marihuana de mediana edad sufran un ataque al corazón se quintuplican durante la hora siguiente al uso de la sustancia —dice el periódico canadiense Globe and Mail acerca de un nuevo estudio efectuado sobre dicha droga—. El consumo de marihuana acelera el ritmo cardíaco —a menudo lo duplica— y altera la presión sanguínea [...]. Además, puede ocasionar la formación de un coágulo que obstaculice el riego sanguíneo del miocardio y provocar así un infarto.” El doctor Harold Kalant, de la Universidad de Toronto, señaló: “En el caso de las personas mayores, dicho aumento de la actividad cardíaca puede provocar un ataque al corazón”. La cocaína es aún más peligrosa, añade el informe, pues durante la hora siguiente a su consumo las probabilidades de sufrir un infarto se multiplican por veinticinco.

¿Es usar marihuana peor que tomar bebidas alcohólicas?
El alcohol es un alimento, y el metabolismo del cuerpo produce energía del mismo; el cuerpo elimina los productos finales. No obstante, un sicofarmacólogo dijo: “La marihuana es una droga sumamente potente, y el mayor error que cometemos es compararla con el alcohol”. “Molécula por molécula, el THC [en la marihuana] es 10.000 veces más fuerte que el alcohol en cuanto a la capacidad que tiene para producir una intoxicación leve [...] El THC se elimina lentamente del cuerpo, y se requieren muchos meses para recobrarse de sus efectos” (Executive Health Report, octubre de 1977, pág. 3). El Creador sabe cómo estamos hechos, y su Palabra permite el uso moderado de bebidas alcohólicas (Sal. 104:15; 1 Timoteo 5:23). Pero él también condena firmemente el consumo inmoderado de bebidas alcohólicas, tal como condena la glotonería. (Proverbios 23:20, 21; 1 Corintios 6:9, 10.)

Finalmente esa experiencia de alguien real podría serle muy útil, pues él puede dejar el vicio.

“Superé mi adicción” (PETER KAUSANGA)
EDAD: 32 AÑOS
PAÍS: NAMIBIA
Otros datos: ex pandillero y adicto a la marihuana
MI PASADO: Me crié en Kehemu, uno de los cuatro grandes asentamientos de la ciudad de Rundu, donde la gente vive de la venta de mijo, madera y carbón.
Mi madre murió cuando yo apenas tenía dos años, así que mi abuela se hizo cargo de mí. Nuestras vidas eran muy simples. Aunque era un chico tranquilo, me uní a una pandilla en la escuela debido a la presión de grupo y acabé metiéndome en problemas. Me convertí en un muchacho violento que participaba en peleas callejeras, robaba, traficaba con diamantes, bebía y consumía drogas. En dos ocasiones me detuvieron y terminé en la cárcel por robo y estafa.
Dejé la escuela secundaria sin terminar mis estudios y, tiempo después, me mudé. Quería dejar la pandilla y empezar de cero en otra ciudad. Pero seguía fumando marihuana, aunque para conseguirla tuviera que caminar varios kilómetros.

CÓMO LA BIBLIA CAMBIÓ MI VIDA: A principios de 1999 me abordó una pareja de testigos de Jehová. Me impresionó que me trataran con tanto respeto y dignidad. Y lo que leí en las publicaciones que me ofrecieron terminó por convencerme de que aquella era la religión verdadera. Enseguida me puse a estudiar la Biblia, pero me di cuenta de que, para agradar a Jehová Dios, tendría que cambiar mucho.
Decidí dejar la marihuana. Me puse una fecha límite y me deshice de todo lo relacionado con el vicio. Además, les dije a mis amigos que no quería más cigarrillos y les pedí que no fumaran cerca de mí. Claro, no todo me salió como esperaba, ya que recaí en dos ocasiones. Sin embargo, las palabras de Proverbios 24:16 evitaron que me rindiera. Allí dice: “Puede que el justo caiga hasta siete veces, y ciertamente se levantará”. Con el tiempo superé mi adicción.
Cuanto más aprendía de Jehová, más quería acercarme a él. De hecho, otro texto bíblico que me marcó fue Salmo 27:10: “En caso de que mi propio padre y mi propia madre de veras me dejaran, aun Jehová mismo me acogería”. Al ir aumentando el conocimiento que tenía de la Biblia, comprobé que Jehová se convertía en un amoroso Padre para mí.
También empecé a asistir regularmente a las reuniones de los testigos de Jehová, atraído por el amor y el compañerismo que reinaban entre ellos. Nunca antes había visto algo igual.

QUÉ BENEFICIOS HE OBTENIDO: Me costó trabajo, pero gracias a la ayuda de Jehová y de los Testigos, he mejorado mi aspecto, mi comportamiento e incluso mi forma de hablar. Cuando miro atrás, me doy cuenta de que mi transformación fue tan drástica como la de una oruga que se convierte en mariposa. Mi familia está muy agradecida por los muchos cambios que hice y, lo que es más, confía en mí. Y ahora que estoy casado y tengo hijas, trato de ser un buen esposo y padre.

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