Tal como dice Irene amigo Guillermo. Se olvidan del modelo que Jesucristo usó para atraer discípulos y enseñarles las cosas como realmente debía ser. Por ejemplo, me gusta mucho lo siguiente relacionado con su manera de enseñar, siempre tenía en cuenta el nivel de sus oyentes, que en su mayoría eran “iletrados y del vulgo” (Hechos 4:13). Estaba consciente de sus limitaciones y nunca los abrumaba con demasiada información y mucho menos les faltaba el respeto, tenía muchísima consideración y le daba dignidad a sus oyentes. (Juan 16:12). Las palabras que usaba eran sencillas, pero las verdades que transmitía no podían ser más profundas.
¿Cómo pueden los evangélicos lograr eso si no conocen a Jesucristo realmente como fue?
Tomemos por caso el Sermón del Monte, según aparece en Mateo 5:3–7:27. En este discurso, Jesús dio consejos que realmente hacen pensar, pues llegan hasta el fondo mismo de los asuntos. Sin embargo, no utilizó frases ni argumentos complicados. A duras penas encontraremos una palabra que no sean capaces de entender con facilidad hasta los más pequeños. Por eso, no nos extraña que, al concluir el sermón, la muchedumbre —entre la que seguramente había muchos campesinos, pastores y pescadores— ‘quedara atónita por su modo de enseñar’ (Mateo 7:28).
Cuando enseñaba a las personas, Jesús utilizaba por lo general frases sencillas y breves, pero con un profundo significado.
Conocer a Jesús es un arte que necesitamos mucho tiempo y esfuerzos para lograrlo y luego imitarlo aún más importante.