Es necesario al fallecimiento de uno de los cónyuges realizar la Aceptación y Adjudicación de herencia
¿Al fallecimiento de uno de los cónyuges, es necesario realizar ante notario la aceptación y adjundicación de herencia? En este caso si existe testamento.
4 Respuestas
No es obligatorio, pero es recomendable hablar con un especialista en derecho de sucesiones. Sea que quieras reclamar, renunciar, para cualquier paso necesitas tener un asesor experto.
Yo encontré un buen abogado aquí. El primero que me llamó fue demasiado caro, pero me asesoró bien. Luego me llamó otro mucho más barato.
Primer paso es ir al Registro de Actos de Últimas Voluntades [1] "donde se mira si el fallecido dejó o no testamento, y dónde está -explica Martín Panadero-.
Junto con el certificado de últimas voluntades también hay que conseguir el certificado de defunción. "Una vez que tienes esos documentos sabes si ha dejado testamento, cuál es el último, y también sabrás si tiene seguros de vida" detalla Carrera, quien completa: "En la notaría pides una copia autorizada del testamento, que cuesta entre 60 u 80 euros aunque depende del notario. El de defunción es gratuito y el de voluntades se paga una tasa de 3,70 euros. A todos esos documentos hay que incorporar los que sirvan para acreditar los bienes del fallecido: certificados bancarios (también tienen coste, entre 40 y 80 euros), ITV, IBI, etcétera".
Apreté el botón que no debía... Ve a la notaria. Es lo más fácil. Ellos te dirán los pasos a seguir.
Lo primero recomendarle se pongan en manos de un abogado que les estudie su caso concreto.
Ya le han indicado que ha de solicitar copia autentica del testamento en el notario donde este, una vez tengan el certificado de defunción, el certificado de ultimas voluntades y el de seguros con cobertura de fallecimiento.
El notario puede ayudarles, pero las herencias son complejas y en determinados casos un abogado puede asesorarle en cuanto a la mejor forma de tramitar la adjudicación de herencia, conforme al testamento, pero teniendo en cuenta sus circunstancias personales y familiares, y especialmente con la valoración de los inmuebles y su posible destino futuro.