Para familia con niños y gatos yo antes que un bóxer (son muy divertidos, aunque un poco demasiado brutos, sería buena idea que te apuntaras a un curso de cachorros para aprender los dos si nunca has tenido perro), escogería golden retriever, labrador o cualquier mesticete de tamaño mediano-grande que pilles desde cachorro, mejor si no tiene cruce de razas complicadas. Intenta evitar cruces de border collie (muy, muy activos, muy, muy inteligentes, no es un perro para principiantes) y cruces de PPP (mandíbulas muy fuertes, se necesita licencia, bien educados son un amor con personas pero con animales no). Los dálmatas en general suelen estar demasiado como una cabra, no es el perro más fácil de educar si no has tenido nunca. Lo mismo te digo del beagle y el braco: no tan fáciles de educar.
Insisto, y nunca lo haré lo bastante: si nunca has tenido perro apúntate a un curso de cachorros, lee algunos libros (lee a Ian Dunbar, Turid Rugaas, por ejemplo, están pensados para propietarios sin experiencia, no para profesionales del mundo del perro). Ningún perro es agresivo. Lo hacemos agresivo nosotros al no saber educarlo. Y no, educar a un perro no consiste en enseñarle quién manda: así es como se vuelve agresivo a un perro: si te pones violento con un perro el animal puede llegar a responder. A ti, si se atreve. Si no se atreve contigo, a otros, porque su vida es un cúmulo de estrés y por algún lado explotará.
Educar a un cachorro consiste en reforzar (mediante caricia, comida, felicitación o permitiendo el acceso a lo que el perro quiere) todas las conductas que nos gustan, para que las repita. Y consiste en ignorar TOTALMENTE las conductas que no nos gustan para que se extingan solas. Si el perro no obtiene nada que le gusta dejará de hacerlo. ¿Y qué hacemos con las conductas que son divertidas en sí? Porque si ignoras que muerda un sillón el cachorro seguirá mordiéndolo, ¿verdad? Ahí es donde hay que intervenir, pero no CASTIGANDO sino REDIRIGIENDO. Si pitas un juguete o lo mueves tu cachorro deja de morder el sillón en el acto; si le regañas por hacerlo o bien se asustará (que no es bueno) o bien el acto de morder el sillón pasará a ser aún más divertido y lo repetirá muchas veces: será un desafío, un reto entretenidísimo porque tendrá que hacerlo a escondidas de ti. Redirige, es el mejor sistema. Cuando no estés presente y no puedas redirigir, limita sus movimientos con parques de cachorros o vallas. Igual que tapamos los enchufes cuando los niños son pequeños hay que preparar la casa para un perro: funciona mejor evitar que pueda meter la pata que ir persiguiendo regañando y gritando NONONONO. Un cachorro no te va a entender, y no te va a obedecer, no porque no quiera, porque no puede. Aún tiene un cerebro diminuto. No esperes nunca que haga lo que no puede hacer. Y asume que si no tiene un esfínter maduro meará y cagará por todas partes porque no es posible de otra manera. No regañes. PREMIA por hacerlo en el lugar adecuado. Paciencia y fregona. Es cuestión de meses. Ignora los errores: no puede evitarlos. Cuando sea capaz, los evitará. Si regañas por el pis el animal interpreta que lo que no te gusta es que haga pis, no el lugar, así que pasará a mear cuando no estés presente... y en la calle siempre lo estás. Se aguantará las ganas en la calle para mearse en casa, justo lo que no queremos.
Hay que ser siempre consecuentes, repetir siempre las mismas cosas hasta que al perro le entre en el melón, evitar que pueda meter la pata y asumir que cuando la mete la culpa fue nuestra, que de pequeños tienen cerebro de mosquito, meter el primer grito enfadado de NOOOOO cuando ya tiene cinco meses y se sabe las normas Y NO ANTES, que no se las sabe y solo conseguiremos que ignore nuestros gritos o se asuste de ellos y recordar, siempre, que el miedo en el cachorro lleva a la agresividad en el adulto. Un cachorro tiene que ser feliz, dormir relajado sin que nadie le incordie (niños incluidos, el perro siempre debe tener una jaula con la puerta abierta o una cama de peluche tipo iglú donde se meta y sepa que ahí no le incordiará nadie jamás).
Las presentaciones con los gatos son importantes: ve despacio y no los dejes juntos sin supervisión hasta que pasen meses. Meses, repito. Y ten presente que dos gatos adultos pueden martirizar a un cachorro y hacer que tenga muchísimo miedo. Tienes que intervenir e impedir que los gatos le casquen, porque cuando sea adulto ese miedo podría pasar a ser otra cosa...