Veamos cuáles son las causas más comunes del exceso de humo mal ventilado en una chimenea, y así podremos irles poniendo solución una a una.
El problema de la creosota
Pues que con el tiempo, la acumulación de creosota se vuelve más gruesa a medida que el conducto de ventilación va disminuyendo de tamaño.
Dicho recubrimiento no solo es peligroso, porque es altamente inflamable, sino que crea un problema de humo que empeora progresivamente, a medida que la creosota se acumula y el conducto de ventilación se vuelva más y más estrecho.
Tipos de Obstrucciones
Aunque también puede tratarse de una obstrucción dentro de la chimenea y/o en la tapa del “tiro” o regulador.
Debes llevar a cabo una revisión en busca de posibles obstrucciones dentro del conducto de salida, tales como nidos de pájaros, ramas de árboles, hojas, colmenas de abejas… e incluso la pelota de voleibol que empezasteis a echar en falta hace unos meses.
Además, con el uso, la tapa que recubre la chimenea se puede taponar.
El tipo de leña
En especial si se emplea madera que aún guarda cierta humedad o se quema mucho papel.
Un problema a veces asociado a los troncos “prefabricados”.
Y es que la leña que no ha sido envejecida lo suficiente tiene un mayor contenido de humedad que no solo crea un fuego que despide más humo, sino que crea más acumulación de creosota dentro de la chimenea.
De hecho, en nuestra opinión como expertos, el contenido idóneo de humedad de la leña no debe sobrepasar el 25%, si no quieres tener un problema de humo.
Como regla general es aconsejable tener leña envejecida entre seis meses y un año.
Previamente partida para que se seque más rápido y guardada a salvo de la lluvia y la nieve, pues la madera seca se vuelve a hidratar con el clima húmedo; por lo que conviene cubrir la pila de troncos si está a la intemperie.
Compuerta cerrada
Antes de encender el fuego del hogar no está de más asegurarse de que el regulador esté abierto.
Un problema de humo causado por un “tiro” cerrado sucede con más frecuencia de lo que piensas.
Si no estás seguro de si la compuerta permanece abierta o no, enciende una linterna dentro de la chimenea y chequéalo antes.
Además, a medida que las chimeneas envejecen, el mecanismo del regulador se vuelve más difícil de operar e incluso se puede agarrotar.
El mantenimiento es importante
Si el “tiro” no se abre completamente haz que lo revise un deshollinador profesional, que ha resuelto este mismo problema en numerosas ocasiones.
Debes tener en cuenta que cuando más usamos la chimenea es cuando hace frío afuera. Y que por lógica también hay aire frío dentro de la tubería.
Un aire que es pesado y denso, especialmente si está lloviendo en el exterior, y que actúa como un tapón.
Si enciendes el fuego en el hogar, nada más llegar al chalé o después de un tiempo sin usar, puede que el humo no ascienda como es debido, sino que se extienda por la habitación.
Ese aire frío en el interior de la chimenea se va a ir calentando paulatinamente por sí solo a medida que el fuego vaya cobrando cuerpo, aunque no antes de que la casa se llene de humo.
Flujo incorrecto de aire
Tal vez el problema de humo de su chimenea sea simplemente de retorno o de presión de aire negativa.
El hecho de que nuestras casas sean cada vez más herméticas, con ventanas y puertas que impiden la más mínima corriente de aire crea esta situación paradójica.
Un fuego requiere oxígeno, y en una casa “hermética” existe una cantidad limitada de aire “fresco”, por así decir.
El simple hecho de abrir una ventana o una puerta corredera cerca de la chimenea proveerá al fuego del oxígeno que necesita para el proceso de combustión, y ayudará a que el humo salga por la chimenea.
Una construcción incorrecta
También el hecho de que la chimenea se construyese de forma incorrecta, sin tener en cuenta la fórmula que relaciona la altura y el ancho de la abertura del hogar y la cámara de combustión, el diámetro de la tubería de evacuación (entre otros factores) y la altura del propio conducto de la chimenea, entre otras cosas.