La rectitud de intención es la que te ayudará a saber qué conviene hacer en cada caso, además de que con ella también podrás ser más resolutivo, si conviene intervenir, siempre, por supuesto, con conducta correcta y buena en sí misma. Si no te ves capaz de aportar ningún beneficio, y a la vez ves que podrías correr un riesgo máximo, realmente lo tienes claro, y nadie te podría pedir cuentas por ello; y en esa situación no sería malo, sino bueno, que te resguardases a ti mismo.
Lógicamente si sin incurrir en ningún riesgo (o siendo el riesgo asumible) dejas de brindar ayuda vital para una persona, incurrirías en culpa.
Por supuesto que la ayuda que se puede brindar no es solo directa o personal.
Y hagas, o dejes de hacer, siempre te debe guiar una buena intención, por supuesto que trabajada en el día a día, y esforzándose en ella, con la gracia de Dios.
En casos muy graves como los que citas, las personas que ves actuarían más bien o por un interés material claro (ya sea directo, de algo que obtengan directamente; o bien por algo que esperan recibir; o bien por algo que esperan evitar), o bien porque a la persona se le ha sacado de quicio, o está en una situación en la que ve gravemente amenazada su integridad física o psíquica, y reacciona de esta manera. En el primer caso tanto las palabras, actitudes, o argumentos influirían mucho menos que en el segundo, en donde ya la situación sería más susceptible de mejora, pudiendo ser en esta situación tu recta intención clave, siempre con conducta correcta o buena en sí (en ningún caso caer en insultos ni en descalificaciones, por ejemplo, ya que esto podría hacer empeorar mucho una situación, además de no resolver nada ni en el momento, ni para la vida de las personas), así como hacer el esfuerzo de encaminarse al bien de verdad de todos los implicados (no los intereses de una parte, menos intereses malos como vanidad, etc.; y tampoco solo limitado a los resultados inmediatos, sino que mirando a su bien de verdad, lo cual siempre mira al largo plazo, lo cual no va en contra, sino que todo lo contrario, de obtenerse ya una mejoría en el momento presente), O sea que conducta correcta, y pensar en el bien de verdad de todos. Si eres capaz de anteponer el bien de verdad de alguien a intereses vanos (malos en sí como la vanidad, etc.), o desordenados (algo que sin ser malo se antepone a lo más importante), le puedes hacer mucho bien a la persona que lo recibe.