No puedes comparar una sociedad nórdica con una sociedad mediterránea.
Allí las normas y la integridad personal están imbuidas en cada uno. Y aquí, es todo lo contrario.
Esta forma de ser como sociedad, nos lleva a no poder regirnos por las mismas normas.
El ejemplo es muy bueno, allí alguien esta enfermo y no puede ir a trabajar, y no necesita justificante, pues la sociedad en general es tan honrada y seria que la palabra dada es del todo de fiar. Aquí, el niño falta a la escuela y no es que el mienta con alguna escusa, sino que su padre le hace un justificante falso. Y no te digo los miles de personas que están, de baja laboral injustificada, en el bar.
Por todo esto, no puedes extrapolar una forma de dirigir, mandar o gobernar a un grupo de personas, allí o aquí. Para unos no es necesario un control y para otros es imprescindible.
Llevándolo a tu terreno, un profesor, no esta en el mismo plano que un alumno, no esta ni por encima ni por debajo, están en distinto plano y esa separación hecha con una línea roja imaginaria, hay que recordarsela constantemente a ambas partes. Si los alumnos conocen la línea roja y no tratan de traspasarla nunca, el profesor no tendrá que marcar los límites nunca, pero la realidad es totalmente contraria, los alumnos se meriendan al profesor en cuanto tienen la mínima sospecha de que la línea roja se ha diluido. Por eso los profesores se ven en la obligación de estar todo el tiempo marcando esa distancia y para ello muchas veces se tienen que pasar de severos, desagradables, etc.
Si los alumnos fueran como los de allí, el profesor se puede ir de fiesta con ellos ya que al día siguiente ellos le van a ver y seguir respetando como lo que es, y no lo van a ver como un colega al que le van a quitar toda autoridad.
Las experiencias de profesores "guays" no suelen tener buen resultado, ya que terminan ninguneados por los alumnos.
Esta bien tu frase democrática de dejarles votar, que termina "con ciertos limites claro", y es ahí donde radica el quid de la cuestión, que si ellos los rebasan tu te vas a tener que poner estupendo para marcar esos limites, por lo tanto ya no vas a ser "guay".
Realmente es difícil poder ser un profesor "enrollado" cuando los alumnos son unos cafres. Aunque siempre se puede intentar, para ello has de establecer claramente cuales son los limites. Los niños, bueno las personas, hacemos lo que nos dejan hacer, pero en el fondo se agradece enormemente que existan limites férreos. Si hay que estar a las 8 en punto sentado en tu silla, el primer día tendrás que echar de clase a 10 o 12, el segundo a 3 o 4 y a partir del tercer día a las 8 y un minuto ya ni llaman a la puerta. Y si 5 es aprobado, 4,99 es suspendido y no hay discusión, por que como empieces que con un 4 te hago la media y con un 4,2 si me haces un trabajo te subo, con un 3,99 te van a estar llorando.
Así que mi consejo es que desde el primer día pongas unas normas muy, muy claras y sin fisuras ni discusión. Su cumplimiento extricto y luego puedes votar si el examen lo quieren el viernes o el lunes, pero hasta ahí. Cuanto más claro tengan que es lo que deben hacer y que es lo que no, y por tanto que no sirve ninguna escusa, y se lo recuerdes de vez en cuando, te vas a ahorrar muchas broncas. Y luego buen rollo y lo que quieran, pero las normas son para cumplirlas.
Precisamente esto es lo que nos pasa en este país, que siempre le buscamos la vuelta a todo y si podemos sortear una norma, un impuesto, o cualquier otra cosa, ni nos lo pensamos. Por que todo esto de la escuela sirve para las relaciones con los padres, con el entrenador, con la policía, con el jefe de la empresa y con cualquiera que ostente alguna autoridad con nosotros.