Cada que compartimos a la mesa nuestra alimentación estamos asumiéndolo como eso, pero a propósito de ello hace poco una prima hizo una oración que me movió hasta los huesos y parecida a esta:
Padre, te agradecemos porque nos bendices con estos alimentos. Porque muchos tienen y no pueden. Muchos otros pueden, pero no tienen... Nosotros que tenemos y podemos te damos infinitas gracias Señor.
Así mismo Padre bendice las manos que quienes sembraron, las manos que lo cuidaron hasta la cosecha, las manos de quienes lo que lo cosecharon, las manos de quienes lo trajeron a nuestra casa, las manos de quienes lo prepararon y las manos de quienes nos lo sirvieron. Amén, amén, amén.