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Un detalle muy importante, y como premisa inicial que debes tener en cuenta, es que toda condensación, se produce porque hay nivel de humedad relativa en el aire, digamos elevado.
El nivel de humedad en una vivienda, debe oscilar entre el 40 y el 60%. Está claro, que todo lo que se acerque al 40% o baje de ese porcentaje, será un nivel bajo, y todo lo que se acerque o supere el 60%, será un nivel alto.
Cuanto mayor sea, mayores facilidades encontrará la humedad para condensar.
La humedad, condensa, porque esta entra en contacto con una superficie o ambiente a menor temperatura, provocando que alcance el punto de rocío donde condensa. La fórmula del cálculo del punto de rocío, indica que a mayor diferencia de la temperatura ambiente de la humedad y de la superficie con la que entra en contacto, está directamente relacionado, al igual que depende del porcentaje de humedad, ya que a mayor porcentaje, el punto de rocío se alcanza a mayor temperatura.
Para evitar la condensación, por tanto, hay que atacar en diversos frentes, así, hay que reducir el nivel de humedad mediante deshumificadores o ventilación, para bajar el punto de rocío.
Del mismo modo, es conveniente bajar la temperatura interior, y reducir así la diferencia de temperatura de la humedad y la de la superficie con la que entra en contacto.
Y toda vez que no puedes actuar sobre la temperatura exterior, debes colocar elementos que no trasmitan la temperatura, para evitar así que la humedad encuentre una superficie con la diferencia oportuna de temperatura que provoque la condensación.
Tu caso, no es tan raro como pueda parecer. Se parte de una situación inicial sin condensación. Los niveles de humedad, se suponen iguales antes y después del cambio, pero el cambio, provoca la condensación que antes no existía.
Lo primero, es pensar que las ventanas, que se suponen que son de rotura de puente térmico, y que no provocan la transmisión de temperatura necesaria para la condensación, no sean del material que se piensa. Es decir, lo primero es buscar si realmente son ventanas con rotura de puente térmico.
Para ello, sería importante conocer si la condensación se inicia en el vidrio de la ventana, o si por el contrario, lo que chorrea y se empapa de agua, son los perfiles de marco y hoja de la ventana.
Si son los perfiles, puedes empezar a pensar que algo no va bien, y deberías hacer comprobaciones en ese sentido.
Si por el contrario, son los vidrios, deberías pensar que tal vez estos no sean lo suficientemente aislantes, y provoquen un traspaso de temperatura del exterior hacia el interior no deseado.
Una situación muy habitual, es que cuando uno tiene ventanas viejas, estas no cierran correctamente, y provocan una entrada de aire de forma continua, una ventilación que reduce el nivel de humedad interior de forma constante. Esto, podemos saberlo si tienes recuerdos o constancia de los niveles de humedad anteriores al cambio. Esa ventilación continua por el cierre incorrecto de la ventana antigua, te ayuda a reducir el nivel de humedad, y por tanto el riesgo de condensación, además de actuar como un secante continuo de la condensación en el entorno de la ventana.
Cuando se cambia la ventana, al cerrar de forma correcta. Esa ventilación continua, desaparece, el nivel de humedad se eleva, y aparece el riesgo de condensación.
La condensación, con el cambio, no tiene porque ser culpa de la ventana, es muy probable, pero no tiene porque ser el causante, ya que al aumentar el nivel de humedad, esta, puede condensar por encontrar otra superficie que esté haciendo el puente térmico necesario. Pueden existir pilares sin aislar en la vivienda, partes de la estructura en contacto con el exterior o interior, etc… elementos en general que puedan transmitir la temperatura, que provoquen el inicio de la condensación, y que como daño colateral, la misma se pegue a la ventana, cristal, paredes, etc… No es una situación tan extraña como pueda parecer, que he vivido en primera persona, aunque en mi caso, la pista, me la dio de forma clara, que ese elemento de la estructura, llegaba a generar gotas de agua, y que cuando solucioné, dejó de generarlas, y la condensación, dejó de pegarse a los cristales.
Resumen. Es un problema complejo, que probablemente venga porque ha desaparecido una ventilación constante que provocaban las ventanas viejas, y cuya solución venga tal vez por la misma vía, es decir, colocar aireadores en la ventana o cajones de persiana, para generar una ventilación continua en la vivienda.