El ruido del serpentín y cámaras frigoríficas de un bar que está debajo de mi casa nos impide dormir
Vivo en un primer piso y en el bajo han instalado un bar desde el que se emite un ruido sordo y continuo que nos impide dormir. Al parecer el ruido proviene principalmente de un serpentín y dos arcones frigorífico-congeladores que tienen bajo la barra, además de la cafetera, molinillos, arcón para cubitos de hielo... Se escucha con total nitidez el arranque del motor y al rato la parada, así sucesivamente todo el tiempo.
Mi pregunta es la siguiente: ¿Desde el punto de vista técnico existe alguna posibilidad de minimizar el ruido que hacen los motores? ¿Hay en el mercado de la hostelería máquinas de este tipo que no hagan ruido, similares a los frigoríficos domésticos silenciosos?
1 respuesta
Si, existen modelos silenciosos de estos aparatos pero, por lo que cuentas lo tuyo es un problema de vibraciones, a pesar de que también son determinantes las condiciones de la instalación; sobre que tipo de materiales están instalados, si están nivelados, sin están en condiciones optimas de mantenimiento, etc..
Los motores eléctricos tienen una frecuencia determinada de vibración ambiental, si da la causalidad que por las características de la construcción, etc, esta frecuencia se acopla a las dimensiones de la estructura que la alberga, produce una vibración que puede hacer que se muevan hasta los cristales, sin embargo solo se "siente" en realidad no produce demasiados decibelios.
La solución es insonorizar los aparatos y aislarlos de la estructura del edifico mediante aisladores de goma, bancadas, etc. La ultima solución es solicitar una sonometria al ayuntamiento de tu localidad y denunciarlos.
Sin olvidar que existe una legislación especifica para este tipo de instalaciones, donde el aislamiento acústico es de obligado cumplimiento.
Suerte y paciencia.
Muchas gracias por tu respuesta, con este argumento técnico ya puedo plantear a los propietarios del bar una solución al problema y lo que me respondes en una buena solución, solo falta que a los propietarios les parezca bien colaborar. Otra vez muchísimas gracias.
Un saludo,
Cecilia
