Incumplimiento del régimen de visitas

Mi pareja hace tres años que esta divorciado, y tiene mil problemas porque su ex mujer se salta las visitas y las vacaciones a su antojo.
Este año le tocaba a el decidir que días de semana santa se llebabab a la niña y cuando fue hoy a buscarla, su ex mujer no le dejó llevarse a la niña. Le dijo que solo la podía llevar dos días, no cuatro, cuando en el convenio figura que las vacaciones se repartirán a la mitad, es decir, cuatro días el padre y cuatro la madre.
Hemos pensado en ir a comisaria a ponerle una denuncia, ¿seria lo más correcto?
Respuesta
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Cualquier acción, para ser acertada, tiene que estar planteada dentro de una generosidad. La denuncia, no necesariamente es mala en sí misma, aunque indudablemente no lo cubre todo en este caso, pero si se plantease tendría que ser dentro de la buena intención hacia todos los implicados (en este caso, hacia la madre, hacia el hijo y hacia el padre, como principales); no orientaría bien, por ejemplo, pensar sólo en el bien del hijo, o en el bien del hijo o el padre; por esta última vía, sólo pensando en el interés del padre y del hijo, no se conseguirían auténticos bienes sino sólo bienes superficiales (ya que al no incluir la buena intención a todas las personas, automáticamente el bien hacia el que uno se dirige pierde profundidad, entre otras cosas porque uno no depura la propia intención y pierde visión), todo más aparentes, perdiéndose, sin duda, muchos aspectos fundamentales, y no se sabría adaptar uno a cualquier otra contrariedad, que, por esta vía, seguro que no era la última.
Considero que la situación que planteas ya es problemática en sí misma: pareja, divorcio, hijo. Pretender lo contrario sería como pensar que las cosas van a funcionar de cualquier manera.
Yo te diría que tú, ante esta situación podrías hacer un ejercicio de auténtica generosidad, pensando en el bien real de todos los implicados y con conductas buenas en sí mismas.
Un saludo.
Ana Vázquez
[email protected]
Creo que más generoso que mi pareja no se puede ser.
Hoy es el día en que la niña no ha pasado ni un solo día del padre con su padre.
Su padre lleva dos años quedándose sin vacaciones, porque cuando va a recoger a su hija, esta y su madre no están.
Tuvieron que pasar tres meses asta que su padre supo en que colegio estaba matriculada su hija.
No puede ir a recogerla al colegio,(cuando una vez a la semana, por convenio, debería comer con su padre), porque solo se la entregan a su madre o a su abuela.
Y así, podría enumerarte mil cosas.
En cuanto a mi, hace cinco años que estoy divorciada, y tengo un hijo de ese matrimonio.A día de hoy no he tenido ningún problema con el padre de mi hijo, quizás no porque seamos generosos, sino porque lo primero para nosotros es el bien del niño.
Creo que no me has dado contestación a mi pregunta.Yo quiero saber si poniendo una denuncia arreglaremos algo o tendremos que limitarnos a que la sentencia de un juez y el régimen de visitas no valgan nada frente a los caprichos y malas intenciones de la madre del menor.De todas formas, gracias por tus palabras.
Sobre aspectos propiamente jurídicos no te puede contestar. Podrías preguntar sobre ello.
Me alegro de tu agradecimiento, y de tu apertura.
Si me lo permites, te doy mi opinión, que siempre te podría servir ahora o más adelante, sobre el planteamiento. Dices: "... frente a los caprichos y ... "; este enfoque, es equivocado.
La generosidad no es hacia una persona, en este caso del padre hacia el hijo. Como te decía, la generosidad o es hacia todos, o realmente no es tal, ya que, si no es hacia todos, uno no sale realmente de los propios intereses, aunque a uno le interese, por ejemplo, estar con el hijo, o ciertos bienes para el hijo. Si uno es auténticamente generoso y busca el bien de todos los implicados en una situación, es realmente cuando este planteamiento le hace sobreponerse a los propios intereses (incluso de quedar bien, de los cuales uno no está libre) para pensar en el bien auténtico y real del otro, de los otros, con lo cual será bueno para todos (fíjate por ejemplo la generosidad que él necesita para pensar en el bien de ella, que, además, es la madre de su hijo).
Lo mismo puedes hacer tú con respecto a la situación. Si tuvieras auténticamente la valentía de hacerlo, verías que no es tan fácil. Fácil es, por ejemplo, darle la razón a tu pareja y decirle que él es muy bueno y la mujer muy mala, porque así, en principio no tienes ningún roce con tu pareja y, como dices, no tienes problemas con él.
Yo te diría que te plantearas que la generosidad exige mucho más, pero, con ella, ganas muchísimo más en todos los terrenos, no por supuesto sin algunas renuncias, pero, sin duda, no más allá de las fuerzas de uno. Te planteo siquiera algo en lo que podría consistir esa dificultad, ¿estarías dispuesta a dejar de convivir con tu pareja por el bien del niño? Tendrás que reconocer que no estás muy libre, en principio, frente a eso, y cuando uno no está libre, porque le tiran los propios intereses, lo normal es que intente justificar su postura. Dices que ambos venís de divorcios, y que ahora vivís en pareja; te puedo asegurar que esto no es bueno para ninguno de los dos. ¿Qué pasaría con vuestra relación si simplemente planteases el pasar la relación a una amistad sin relación de matrimonio?, ¿Sobreviviría?, ¿Estarías libre para ayudarle a recomponer, quizá, su matrimonio, a recomponer el tuyo?
No quería alargarme tanto con la respuesta, pero así ha surgido. Te doy mi opinión.
En mi firma arriba puedes ver la dirección de un blog con actitudes saludables.
De verdad que no se que decirte.Me voy a limitar a darte las gracias otra vez.
Gracias.
Me alegro de tu buena actitud. Eso te honra.

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