Abraham

Según dice la biblia, Abraham salió de la ciudad sumeria de Ur, algo así como en el 1900 a.C. En esa época Sumer sufrió la invasión de los amoritas o amorreos, pueblo semítico procedente de la península arábiga. ¿Podría ser que huyera de esa invasión? Por otra parte hay teorías que dicen que su origen esta localizado en Anatolia.
¿Fue Abraham realmente un personaje histórico? En ese caso, ¿de dónde procedía?

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Respuesta
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Intentaré contestar a todas estas cuestiones de una manera breve.
1. Historicidad de los relatos patriarcales. Tenemos que preguntarnos si estos relatos reflejan una historia verdadera, si se pueden interpretar en sentido específicamente histórico, dentro del concepto de historia de los antiguos autores orientales. Muchos hechos de los relatados están fuera del control historiográfico, porque no hay documentos escritos contemporáneos. Debemos tener en cuenta que los relatos bíblicos reflejan tradiciones fluctuantes, que se entrecruzan antes de ponerse por escrito en tiempos ya de la monarquía israelita. El material tiene consistencia histórica sólo en lo esencial. Por ello, los hechos históricos de la vida de los patriarcas aparecen muchas veces envueltos en leyendas anecdóticas y etiológicas, de las que hay que deducir sólo un substrato histórico mínimo. Por otra parte, dentro de la historiografía antigua, los criterios de exactitud son muy amplios, y muchas veces se atribuyen a supuestos personajes epónimos hechos que en realidad reflejan reacciones colectivas de clanes y de tribus. Hay que saber distinguir lo esencial histórico de lo anecdótico circunstancial. No podemos tampoco perder de vista que estos textos no tratan de satisfacer curiosidades históricas, sino trazar el eco del designio salvador de Dios que ha elegido a Israel como su pueblo y que ha salido al encuentro de sus antepasados para hacerlos entrar en una atmósfera de protección divina. Los autores bíblicos seleccionan determinadas tradiciones y hechos del pasado buscando lo que interesa a sus esquemas teológicos, basados en las ideas de la "elección" y de la "alianza", y así, los relatos bíblicos en su redacción actual reflejan tradiciones arcaicas que llegan hasta la época de los patriarcas, pero las tamizan conforme a concepciones teológicas maduradas en las escuelas levítico-proféticas de los santuarios locales de las diferentes tribus antes de integrarse en el centralismo religioso impuesto por la institución monárquica. Además, los autores sagrados, al relatar los acontecimientos de la época patriarcal tratan, por un lado, de buscar antecedentes históricos a determinadas instituciones, como la circuncisión, y por otro, justificar teológicamente el derecho de los israelitas a la ocupación de la tierra de Canaán. En consecuencia, el historiador moderno debe tener suficiente discreción historicista para distinguir lo que son hechos verosímilmente históricos de la valoración teológica dentro de la mentalidad religiosa de los escritores bíblicos. Pero no podemos pretender encontrar los hechos de la historia patriarcal en los documentos de la época, ya que Abraham y sus descendientes eran unos jeques nómadas sin relieve en el juego de la historia política de su tiempo. Sólo los hallazgos arqueológicos pueden dar una prueba indirecta de la existencia histórica de los patriarcas, en cuanto que iluminan su época y nos sitúan en su contexto. No podemos aspirar a más. Tenemos que limitarnos a estudiar en cada caso la verosimilitud histórica de las diversas tradiciones según las exigencias de la crítica literaria y los resultados de los hallazgos arqueológicos, que nos suministran un material de comprobación indirecto, pues con él se puede reconstruir, a grandes rasgos, determinadas épocas de la historia en las que vivieron estos personajes. Los hallazgos arqueológicos no han dado pruebas de contradicción alguna con los sucesos de la tradición bíblica. El testimonio de la arqueología ha prestado al cuadro de los orígenes de Israel un aire de probabilidad, y ha proporcionado la perspectiva para entenderlo
Bien, entiendo tu amable explicación. Quizás tenga que reconstruir la pregunta. Si los autores bíblicos han pretendido fundamentar el origen de su pueblo en la figura de Abraham, podemos suponer que éste personificaría posiblemente a toda una tribu nómada semita. ¿Sería entonces creíble que el pueblo de Israel o mejor dicho, hebreo, procediera del antiguo Sumer? A excepción de la Biblia, ¿hay alguna otra fuente que nos informe del origen de este pueblo?
Saludos
En primer lugar tengo que decirte que mi respuesta te ha llegado incompleta. No sé por qué, pero no aparece el texto completo que incluí en ella. Falta precisamente la parte que trataba sobre el origen étnico de los patriarcas. Quizás fuera demasiado larga. Te contesto ahora un poco más resumidamente a tu pregunta actual, incluyendo parte de la respuesta que no te llegó entonces.
Los israelitas se definen a sí mismos en un texto bíblico, como descendientes de un "arameo errante". Estos arameos aparecen mencionados en numerosos textos, aunque bastante posteriores, tanto egipcios, como en los anales de Teglatfalasar I, rey de Asiria, en los textos de Mari y otros.
Por otra parte, a Abraham se le designa en Gn 14, 13 como "el hebreo". Pero el término hebreo no aparece en la estela de Mesa cuando se habla de Israel, ni en los textos asirios cuando se habla del rey de Judá. A la vista de esto, los críticos se plantean el doble problema de si "ibri" designa a un grupo étnico determinado y, en caso afirmativo, si se aplica sólo a los israelitas, o es una designación de una familia más amplia.
Los antepasados de Israel, aunque predominantemente de raza semita del noroeste, fueron, sin duda, una mezcla de diferentes grupos. El clan de Abraham parece surgir de un tronco protoarameo, que se englobaba dentro de otro, más general, amorreo. Arameos y amorreos son muy afines, y parecen tener ambos su origen en el desierto siro-arábigo. Roland de Vaux cree, sin embargo, que el término amorreo designa más una situación geográfica que un grupo étnico. De ese grupo general amorreo formaban también parte otros grupos como los ajlamu y los jabiru (o hapiru). Algunos autores han querido ver en estos hapiru a los hebreos. Los hapiru son, por los textos que nos han llegado, tribus guerreras que luchan como mercenarios junto a hititas y otros grupos. Según textos del siglo XVIII a. C., los hapiru en Babilonia reciben alimentos y vestidos en calidad de soldados y parece que están al servicio del Estado. También aparecen en textos de Nuzi de forma muy parecida.
En resumen, el problema del origen étnico de los patriarcas no está resuelto. Algunos autores los consideran arameos, cuyo punto de origen estaría en la Alta Siria (Aram Naharayim). Otros los vinculan a esos misteriosos hapiru que están constatados en Mesopotamia, en Asia Menor, en Canaán y en Egipto (en todos estos lugares son considerados como extranjeros). Puede extrañar que un pueblo haya tenido una expansión tan amplia, pero los amorreos y arameos tuvieron una expansión similar.
Otra teoría es que la palabra hapiru no designe una entidad étnica, sino un estrato de la sociedad. Aunque la mayoría de sus hombres, por lo que se conoce de ellos, son semitas, hubo otros también. El término denotaría entonces una clase de pueblo sin ciudadanía, sin lugar determinado en la estructura social de aquel tiempo, llevando una existencia seminómada, viviendo en paz o en guerra.
Por último, se ha intentado identificar a los hebreos con un grupo seminómada de origen semítico, los shashu, atestiguados en Egipto entre los siglos XV y XIII a. C.; pero nos movemos en el campo de las hipótesis.
No tenemos fuentes extrabíblicas que hablen claramente de Israel hasta el siglo XIII a. C. (la estela del faraón Merneftah). Posteriormente tenemos la estela de Mesa, rey de Moab, del siglo IX a. C. Ante eso sólo nos queda lo que nos proporcione la arqueología. Un libro escrito desde este punto de vista es "El Creciente Fértil y la Biblia", del arqueólogo Joaquín González Echegaray (editorial Verbo Divino). Quizás te resulte interesante echarle un vistazo.
Cararanda.
Muchas gracias Caranda. La información que me has facilitado es muy interesante y necesitare un tiempo para asimilarla. Tendré en cuenta el libro que me recomiendas.
Un cordial saludo.

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