Hipertención; albumina y colesterol altos

La presión arterial es la fuerza que permite a la sangre llegar a todo el cuerpo. Está configurada por 2 factores principales: La fuerza del latido cardíaco y el calibre de los vasos sanguíneos. Para comprender esto, imagine una manguera de riego: la fuerza con la que llega el agua al extremo es siempre la misma, pero si tapamos parcialmente la salida de la manguera con el dedo, la fuerza con la que sale el agua aumenta considerablemente y podemos llegar mucho más lejos con el agua.
En nuestro organismo, el tamaño de los vasos sanguíneos cambian continuamente en función de las necesidades: si se estrechan, la tensión sube. Si se abren, baja. Por eso la tensión cambia tanto.
Lo importante es la tensión basal, la que nos tomamos en reposo, que tiene que ser cercana a 120/70. Con el ejercicio subirá hasta los 200 o más y es normal y es lo que permite este esfuerzo. Pero si partimos en reposo de 150, con el esfuerzo llegaremos a cerca de 300 y esto es demasiado.
Cualquier medicamento actúa sobre la fuerza del corazón o sobre el tamaño de los vasos, y a veces sobre el riñón que tiene una hormona que sube la tensión. Así que hay que estudiar en SU CASO donde debe actuar el medicamento, y es su médico el que sabe que es lo que mejor puede irle. Cualquier medicamento para la tensión tendrá un efecto "rebote" si lo deja. Pero no será por un día sin tomarlo, así que no se preocupe.
En cuanto al colesterol y la albúmina, son problemas distintos que hay que estudiarlos de forma diferente.
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