El Chitosan es un polisacárido obtenido a partir de residuos del marisco. Está compuesto del principal material que forma el caparazón de los crustáceos y se puede obtener mediante un proceso enzimático que ha sido adaptado y modificado para obtener los resultados deseados. Para esta sustancia se han descrito aplicaciones biomédicas, en la cosmética, en la producción de productos químicos como pinturas o en la industria alimentaria. En la industria farmacéutica y alimentaria está teniendo una amplia promoción como producto para reducir la absorción de grasas en el aparato digestivo y existen algunos datos de estudios en animales que apoyan esta hipótesis. Se le atribuye la expulsión fecal de las grasas provenientes de la dieta y por tanto un efecto adelgazante al reducir la cantidad de este nutriente que pasa desde el intestino a la sangre. Los resultados de un meta-análisis sobre los efectos del Chitosan realizados con personas obesas o con sobrepeso, apuntan a que existe una seria duda razonable sobre la efectividad del chitosan como coadyuvante en el adelgazamiento. Existen importantes contradicciones entre los estudios realizados al respecto y se observan fallos graves en la metodología precisamente de algunos de los estudios que atribuyen al Chitosan efectos en la pérdida de grasa y de peso. Por ello, es necesario que se hagan más trabajos clínicos. Además, se ha observado que la ingestión continuada de Chitosan puede generar efectos adversos como problemas gastrointestinales, estreñimiento y flatulencia. Por otra parte, al ser derivado de crustáceos (marisco) las personas que tengan diagnóstico de alergia al marisco deben tener precaución con el uso de productos que contengan chitosan. Los resultados obtenidos de los ensayos de alta calidad refieren que el efecto del chitosan sobre el peso corporal es mínimo y sin relevancia clínica. Aún así, si decides tomarlo que sea siempre como complemento "nutricional" y nunca como un sustitutivo, siempre y cuando realices una dieta variada y equilibrada.