Sobre la depresión

Hay varios tipos de depresión; a grandes rasgos, una más ligada a factores biológicos que suele cursar por episodios, y responde mejor al tratamiento farmacológico, y existe otro tipo de depresión, menos intensa, de curso más crónico, más ligada a factores psicógenos como la personalidad y a acontecimientos externos, la cual responde peor a los antidepresivos. Incluso la depresión más ligada a factores biológicas también se influye por la forma de afrontar los acontecimientos, pudiendo desencadenar un factor estresante, una recaída. Se recomienda siempre acompañar el tratamiento farmacológico de psicoterapia, pero sobre todo en el segundo tipo de depresión, para la cual puede ser el único tratamiento necesario.
Yo creo que te vendrá bien el considerar los factores psicológicos implicados en tu estado de ánimo, lo cual, dependiendo del diagnóstico del que se trate, podría llegar a facilitarte la retirada de la medicación, o bien la mejor adaptación a la enfermedad posible, así como mejor evolución.
Observo cierta actitud de fastidio ante lo que te sucede, y yo te diría lo siguiente: muchas veces uno ante algo que le supone una contrariedad, o no le apetece, sólo lo mira desde sus propios intereses, y de ahí el fastidio, y demás sentimiento negativos, que uno lejos de evitar, por lo que te voy a decir a continuación, los alimenta y los cree justificados. Pero hay otra forma de abordar el tema, y sería haciendo el esfuerzo de mirarlo generosamente, es decir pensando en lo que puedes hacer por el bien con esa característica, es decir no mirando ninguna circunstancia, ni la vida en general, desde los propios intereses, sino generosamente.
Me dices que tu estado de ánimo tiene varias repercusiones en tus relaciones; yo te diría que uno no elige todas las circunstancias que vive, sino que lo único que siempre está en la mano de uno, es hacer la parte de uno en referencia a hacer todo el bien que pueda, enfoque que te recomiendo. Yo te diría que, a partir de ahora, comiences a pensar qué puedes hacer por el bien de las personas con tu vida, incluyendo tu enfermedad, y por ahí irás mejorando, y viendo.
No sirve, por supuesto, pensar que ya harás cuando estés mejor; este planteamiento es equivocado, ya que por esa vía, además de que posiblemente nunca mejorarías, te privarías del bien que puedes hacer ahora y más tarde (ya que lo de dejarlo para más adelante siempre es engañoso; por esta vía nunca llega el momento; o uno hace con lo que puede, o nunca hace); lo verás más claramente si piensas que hacer el bien, no es hacer algo determinado, ni algo grandioso, sino que se trata de hacer lo que puedas con la mejor intención, y eso siempre es posible, y recomendable. (Por supuesto que la buena intención sería aquella en el que tu deseo de hacer el bien está por encima de tus particulares intereses).
Este enfoque no te estorba, sino todo lo contrario, en el tratamiento razonable de una enfermedad o limitación, pero ya evita uno el querer resultados como sea, por encima de lo razonable, o de forma obsesiva (lo cual indicaría que uno se está guiando por los propios intereses, pero no por una actitud más generosa); además, este enfoque o buenas actitudes, te permiten también el acercarte a ver el origen de lo que te ocurre, ya que, incluso, más fácilmente uno verá errores pasados si piensa en hacer el bien, que si sólo piensa en sí mismo, incluyendo el autojustificarse.
Te dejo abajo una dirección de un blog que te recomiendo.
Si la enfermedad te sirve para replantearte lo fundamental de la vida, ya habría válido de mucho.