En realidad, la elección del anticonceptivo es bastante personal, ya que la causa mayoritaria de que la fiabilidad de éstos decrezca es por el mal uso o los olvidos.
El anillo vaginal es de aplicación mensual. Lo coloca la usuaria durante 3 semanas y después se quita, momento en el que comienza la semana de descanso (y baja la menstruación). Se debe volver a colocar pasada ésta en el mismo día y aproximadamente misma hora, ya que si pasan 3 horas, la efectividad puede verse reducida.
Entre sus efectos secundarios, además de los de los métodos hormonales combinados, hay algunas incidencias de usuarias que han desarrollado infecciones vaginales; se ha de comprobar regularmente que el anillo está en la vagina, pues puede expulsarse accidentalmente si no se ha introducido bien, al colocar un tampón o durante las relaciones sexuales.
El parche anticonceptivo es de aplicación semanal. Se coloca un parche cada semana durante 3 (el mismo día, llamado "el día de cambio", aunque a cualquier hora), y la siguiente se descansa.
Se coloca en un lugar libre de vello y cremas u otras lociones, en el sitio donde estés más cómoda (nalgas, abdomen, parte superior de la espalda...), a excepción de las mamas y zonas enrojecidas o irritadas.
En caso de olvido, el parche anticonceptivo tiene un margen de 2 días completos de efectividad (a partir del 2º ciclo, puesto que en el 1º vienes de la semana de descanso).
Entre sus efectos secundarios, el más frecuente es mastalgia (molestia en las mamas), que suele desaparecer tras el 3-4 ciclo, y pérdidas cuando se ha cometido error (por olvido, por ejemplo).
En cualquier caso, debes acudir a tu ginecólogo/a para que te haga una valoración, ya que los métodos hormonales están contraindicados en algunas usuarias (si tienes más de 35 años y eres fumadora, si sufres de migrañas, etc.). Él/ella te aconsejará correctamente.