Soy católico y tengo una duda
Hola buen día mi pregunta es la siguiente y espero que me la explique de forma clara.Quisiera saber si Dios castiga nuestros pecados con enfermedades.siento que he sido muy pecador y ahora estoy enfermo y no se si se deba a los pecados que he cometido
2 respuestas
La enfermedad es una consecuencia natural de la violación de las leyes de la salud o de las leyes de Dios, en otros casos viene como pruebas que nos permiten acercarnos mas a Dios o poder tener una experiencia que le pueda ayudar a otras personas.
Ejemplo si como muchas grasas, harinas, fumo, bebo y no hago ejercicio, es cuestión de tiempo para que comience a sufrir de colesterol alto, arteriosclerosis, enfisema, y otra cantidad de enfermedades que no son un castigo de Dios sino el resultado de nuestro estilo de vida desordenado, puede ser que una persona sufra de una enfermedad genética y que no tenga culpa alguna pero Dios le ayuda a sacar ventaja de su condición si permite ser usado(a) para honra y gloria de El. En otras circunstancias puede ser que una persona sufra un accidente (no provocado por el) y que igual que el caso anterior tenga que sufrir las consecuencias, pero Dios le muestra su gracia y si no lo sana, lo usa para beneficio de otras personas y le permite disfrutar la vida aun en condiciones desfavorables. Son muy raros los casos en los que Dios castiga con enfermedades. Casos en la Biblia como el de María hermana de Moisés que criticó a su hermano y le dio lepra. O un rey que acusó a un profeta y se le secó la mano. Dios puede usar la enfermedad como un medio para que te acerques mas a él y puedas conocer quién es el, cuánto te ama, y cuales maravillosos planes tiene para tu vida. La enfermedad en la mayoría de los casos es la respuesta de un cuerpo a los abusos cometidos y también en la mayoría de los casos, siguiendo las normas de vida, alimentación y salud dadas en la biblia podemos recuperar la salud perdida.
Pide perdón a Dios por tus pecados y pídele que te de la sabiduría y la fortaleza para hacer los cambios que necesitas hacer en tu vida. La biblia promete "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece" Fil 4:13. Te recomiendo leer esta información sobre los 8 remedios naturales.
http://www.laleydedios.org/los8remedios/los8remediosnaturales.pdf
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No todos se atreven ha hacer preguntas así. Hay una expreción que no es del todo exacta yes en la que indica que nuestro amoroso Dios castigue con enfermedades nuestros pecados. Si puede tomar su biblia y checar lo que dice Que
Jehová no es el causante del sufrimiento. “Al estar bajo prueba, que nadie
diga: ‘Dios me somete a prueba’. Porque con cosas malas Dios no puede ser
sometido a prueba, ni somete a prueba él mismo a nadie.” (Santiago 1:13.)
Usted se esta preguntado: “¿Por qué hay tanto sufrimiento en el mundo y por que estoy enfermo?”. La humanidad lleva milenios padeciendo los terribles azotes de la guerra, la pobreza, los desastres, la delincuencia, las injusticias, las enfermedades y la muerte. Y en los pasados cien años, el sufrimiento ha sido mayor que nunca. ¿Acabará alguna vez todo esto?
La alentadora respuesta es que sí, y muy pronto. La Palabra de Dios, la Biblia, promete: “El inicuo [o malvado] ya no será [...]. Pero los mansos mismos poseerán la tierra, y verdaderamente hallarán su deleite exquisito en la abundancia de paz”. ¿Por cuánto tiempo? La propia Biblia responde: “Los justos mismos poseerán la tierra, y residirán para siempre sobre ella” (Salmo 37:10, 11, 29).
Cuando Dios elimine la maldad y el sufrimiento, la Tierra se transformará en un paraíso donde la gente podrá vivir feliz para siempre y con salud perfecta. La Biblia predice que Dios “limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor” (Revelación [Apocalipsis] 21:4).
En ese nuevo mundo, incluso se devolverá la vida a muchísimas personas que han muerto para que también disfruten de esas bendiciones. La Biblia promete: “Va a haber resurrección así de justos como de injustos” (Hechos 24:15). Por esta razón, Jesucristo pudo dirigir estas palabras a un malhechor arrepentido que tuvo fe en él: “Estarás conmigo en el Paraíso” (Lucas 23:43).
¿Por qué comenzó el sufrimiento?
Si el propósito de Dios era que los seres humanos disfrutaran de un futuro tan magnífico, ¿por qué permitió que hubiera sufrimiento? ¿Y por qué ha dejado que continúe por tanto tiempo?
Cuando Dios creó a Adán y Eva, los hizo con un cuerpo y una mente perfectos. Además, los puso en un jardín paradisíaco y les dio un trabajo gratificante. Las Escrituras dicen: “Vio Dios todo lo que había hecho y, ¡Mire!, era muy bueno” (Génesis 1:31). Si hubieran obedecido a su Creador, habrían tenido hijos perfectos, y toda la Tierra se habría convertido en un paraíso donde los seres humanos habrían vivido para siempre felices y en paz.
Dios otorgó a Adán y Eva un maravilloso don que forma parte de la naturaleza humana: el libre albedrío, es decir, la capacidad de tomar sus propias decisiones. Así que no eran robots. Sin embargo, para seguir siendo felices tenían que ejercer su libre albedrío con el propósito adecuado: obedecer las leyes divinas. Dios mismo dice: “Yo, Jehová, soy tu Dios, Aquel que te enseña para que te beneficies a ti mismo, Aquel que te hace pisar en el camino en que debes andar” (Isaías 48:17). El mal uso del libre albedrío tendría consecuencias catastróficas, pues los seres humanos no fueron creados para vivir de manera independiente de Dios. La Biblia señala: “Al hombre terrestre no le pertenece su camino. No pertenece al hombre que está andando siquiera dirigir su paso” (Jeremías 10:23).
Por desgracia, nuestros primeros padres creyeron que podían independizarse de Dios y seguir siendo felices. Pero al rechazar el gobierno de Dios perdieron el apoyo divino y, debido a ello, la perfección. Así comenzó su decadencia, de modo que terminaron envejeciendo y muriendo. Y nosotros, de acuerdo con las leyes de la genética, hemos heredado esa imperfección y la muerte (Romanos 5:12).
La principal cuestión: la soberanía
¿Por qué no destruyó Dios a Adán y Eva y volvió a empezar con otra pareja humana? Porque se había desafiado su soberanía universal, es decir, el derecho que tiene a gobernar. La cuestión era esta: ¿Quién tiene derecho a gobernar, y quién gobierna como es debido? Por extensión, ¿le iría mejor al hombre si se independizaba de Dios? Al permitir tiempo para que los seres humanos siguieran con total libertad el rumbo que quisieran, Dios establecería de una vez para siempre si sería mejor para ellos que se sometieran a él o que se gobernaran por sí mismos. Ese plazo de tiempo tendría que ser lo bastante amplio como para que ensayaran toda clase de sistemas políticos, sociales, económicos y religiosos sin que Dios los guiara.
¿Cuál ha sido el resultado? Los miles de años de historia humana han sido testigos de sucesos terribles. De hecho, el siglo pasado fue el peor, con los millones de vidas segadas en el Holocausto y los cien millones de personas que murieron víctimas de las guerras. Y en la actualidad, el delito y la violencia están a la orden del día. El consumo de drogas ha alcanzado proporciones alarmantes. Las enfermedades de transmisión sexual no dejan de extenderse. El hambre y las enfermedades se cobran decenas de millones de vidas todos los años. Los valores familiares y morales se han derrumbado en todas partes. Está claro que ningún gobierno humano tiene la solución a estos problemas. Ninguno ha podido hacer nada contra la vejez, la enfermedad y la muerte.
La situación de la humanidad en nuestros días es justamente la que predijo la Biblia. La Palabra de Dios revela que estamos viviendo en “los últimos días” de este sistema de cosas, en unos tiempos que serían “críticos, difíciles de manejar”. Y se está cumpliendo al pie de la letra esta advertencia bíblica: “Los hombres inicuos e impostores avanzarán de mal en peor” (2 Timoteo 3:1-5, 13).
Pronto acabará el sufrimiento
Todas las pruebas indican que pronto se pondrá fin al desastroso intento de vivir de manera independiente de Dios. Se ha demostrado claramente que el gobierno humano alejado del Creador jamás puede tener éxito, y que solo el gobierno de Dios puede darnos paz, felicidad, salud perfecta y vida eterna. Por consiguiente, el tiempo en que Jehová ha tolerado la maldad y el sufrimiento está a punto de agotarse. Dios intervendrá pronto en los asuntos humanos y destruirá por completo este sistema de cosas tan malo.
Una profecía bíblica declara: “En los días de aquellos reyes [los gobiernos que hoy existen] el Dios del cielo establecerá un reino [en los cielos] que nunca será reducido a ruinas. Y el reino [...] triturará y pondrá fin a todos estos reinos [los gobiernos de la actualidad], y él mismo subsistirá hasta tiempos indefinidos” (Daniel 2:44). La vindicación de la soberanía de Jehová —es decir, de su derecho a gobernar— mediante su Reino celestial es la enseñanza más importante de la Biblia. Jesús predijo una parte esencial de la señal de “los últimos días” con estas palabras: “Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin” (Mateo 24:14).
Cuando venga el fin, ¿quiénes sobrevivirán? La Biblia responde: “Los rectos son los que residirán en la tierra, y los exentos de culpa son los que quedarán en ella. En cuanto a los inicuos, serán cortados de la mismísima tierra; y en cuanto a los traicioneros, serán arrancados de ella” (Proverbios 2:21, 22). Las personas rectas son las que aprenden cuál es la voluntad de Jehová y la llevan a cabo. Jesucristo dijo: “Esto significa vida eterna, el que estén adquiriendo conocimiento de ti, el único Dios verdadero, y de aquel a quien tú enviaste, Jesucristo” (Juan 17:3). En efecto, “el mundo va pasando, [...] pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre” (1 Juan 2:17).
Dicho esto hay dos tipos de personas las que hacen la voluntad de Dios y las que no la hacen. Preguntece en que lado estara.
Pero en cuanto al sufrimiento por las enfermedades esas en la actualidad les acaecen a todos, todos enfermamos y morimos.
La Biblia nos asegura que el deseo de que
haya salud para todos no es un sueño irrealizable. El apóstol Juan
vio por adelantado el tiempo en que “la tienda de Dios est[ará] con la
humanidad”. Debido a ello, “la muerte no será más, ni existirá ya más
lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores ha[brán] pasado”.
¿Parece demasiado bueno para ser verdad? En el siguiente versículo, Dios mismo
declara: “Estas palabras son fieles y verdaderas” (Revelación [Apocalipsis] 21:3-5).
Claro está, para que acaben las enfermedades han de acabar también la pobreza, el hambrey la guerra, pues
estas calamidades suelen ir de la mano con los microorganismos patógenos. Por
consiguiente, Jehová ha encargado esta ingente tarea a su Reino, el gobierno
celestial en manos de Cristo. En respuesta a millones de oraciones
fervientes, dicho Reino vendrá y se encargará de que se haga la voluntad de
Dios en la Tierra (Mateo 6:9, 10).
¿Cuándo
podemos esperar que venga el Reino de Dios? Al tratar esa cuestión, Jesús
predijo que en el mundo ocurrirían una serie de sucesos significativos que, en
conjunto, constituirían la señal de que el Reino estaría a punto de entrar en
acción. Un aspecto de dicha señal sería que “en un lugar tras otro [habría]
Pestes” (Lucas 21:10, 11; Mateo 24:3, 7). El término griego para “peste”
Alude a “cualquier enfermedad infecciosa y mortífera”. Y de hecho,, pese a todos los avances médicos, en el
siglo XX se han producido horribles brotes de pestes (véase el recuadro
“Muertes ocasionadas por pestes desde 1914”).
Una profecía del libro de Revelación, paralela a las palabras de
Jesús referidas en los Evangelios, describe a varios jinetes acompañando a
Cristo cuando este toma el poder en el cielo. El cuarto jinete cabalga
sobre “un caballo pálido” y deja a su paso un rastro de “plaga mortífera” (Revelación 6:2, 4, 5, 8). Una mirada al número de muertes
ocasionadas desde 1914 por algunas de las principales enfermedades infecciosas confirma el hecho de que este jinete simbólico ha
estado cabalgando. El sufrimiento a escala mundial ocasionado por todo
tipo de “plaga mortífera” constituye otra prueba de que la venida del Reino de
Dios está próxima (Marcos 13:29).*
Aunque la medicina ha logrado frenar el avance de las enfermedades infecciosas durante unas cuantas décadas, estas vuelven a
amenazarnos. Es obvio que necesitamos una solución sobrehumana que
resuelva este problema de manera definitiva. Y eso es lo que promete hacer
nuestro Creador. El profeta Isaías nos asegura que bajo el Reino de Dios,
“Ningún residente dirá: ‘Estoy enfermo’”. Además, “[Dios] realmente se tragará
a la muerte para siempre, y el Señor Soberano Jehová ciertamente limpiará las
lágrimas de todo rostro” (Isaías 25:8; 33:22, 24). Cuando llegue ese día, las enfermedades habrán sido vencidas para siempre medite esta información.
Esa es la fe en las promesas de nuestro Dios para los que son sus sierbos que hacen su voluntad.
Usted me dice que es pecador acuerdece que todos pecamos y somos inperfectos en la informacion extraida se muestra por que hay sufrimientos como los que padece y como Dios no es el causante
Jehová Dios ve los corazones y puede perdonar al que se arrepiente de su vida anterior y lo busca.
Bueno si quiere saber mas de como buscar al Dios eterno me encantara ayudarlo a que usted mismo lo conosca. Esperare su respuesta
Entiendo que Dios no nos castiga con enfermedades,entendería que las enfermedades son como abusos que le hacemos a nuestro cuerpo ya sea con comidas,falta de ejercicio físico, licores,etc.
Bueno un grupo de enfermedades son por el abuso y la perdida del equilibrio de nosotros en el comer, la vida sedentaria y el abuso de sustancias, pero otras no son culpa de usted sino son producto de esta sociedad. Pero como le explique (Por qué comenzó el sufrimiento) nuestros padres eran perfectos sin pecado ni enfermedades no envejecían ni morían pero el pecado las llevo a esta situación ellos rechazaron a Dios como gobernante i tomaron la decisión de hacer lo que le place como es que ocurre en el mundo, los hombres no consideran a nuestro glorioso padre en sus vidas. No se si usted sabe de la parábola del hijo prodigo Lucas 15:11-32 me gustaría que la leyera usted mismo en ella se dice que un hijo le pide su parte de la herencia y decide irse del lado de sus padres y se va a otro país allá malgasta en una vida libertina todo después sobreviene un gran hambre y pasa muchas necesidades. No es verdad que el no puede echarle la culpa a su padre de sus padecimientos, de la misma manera a los que están alejados de Nuestro padre celestial (cabe notar que alejados es quien no se ha acercado a el para conocerlo y hacer su voluntad de buena gana) no pueden echarle le culpa ni decir que él (este es "él" padre de la ilustración y en la realidad Dios) los castiga.
Pero nuestro amoroso nos da las fuerzas para aguantar todas las dificultades para ser feliz, nos provee un propósito y razón de ser, nos cuida espiritualmente, a través de su palabra la biblia nos da una guía para nuestra vida y esta es en beneficio de nosotros mismos, es como cuando un padre quiere lo mejor para su hijo y le da los mejores consejos. Si el hijo hace caso le ira bien y sera feliz en ello y si no hace caso sino que hace lo que le place le va mal, así pasa con nuestro padre eterno.
Un saludo y cualquier inquietud y observación solo dígame. A propósito ¿cuál es la enfermedad que esta padeciendo?
Estimado menphisx no entendio mire aqui entendera mejor esto de por que el sufrimiento que padesemos no se origina de dios teniendo encuenta todo lo que ya emos hablado.
Cuando Adán y Eva se rebelaron
Contra Jehová, fue como si dijeran: “No necesitamos que Dios nos
gobierne. Podemos decidir por nosotros mismos lo que está bien y lo que
está mal”. ¿Cómo resolvería Jehová la cuestión? ¿Cómo demostraría a
todas las criaturas inteligentes que los rebeldes no tenían razón y que
la forma en que él hace las cosas es la mejor? Hay quien piensa que Dios
debería haber destruido a los rebeldes y haber creado una nueva pareja
humana. Pero él ya había declarado que su propósito era que la Tierra
fuera un paraíso y se llenara con los descendientes de Adán y Eva (Génesis 1:28). Y Jehová siempre cumple todo lo que se propone (Isaías 55:10, 11).
Además, si hubiera eliminado a los rebeldes en el jardín de Edén, no se
habría resuelto la cuestión relacionada con Su derecho a gobernar.
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Pongamos una comparación. Un maestro está explicando a sus alumnos cómo
resolver un difícil problema de matemáticas. De repente, un alumno
inteligente pero rebelde afirma que la forma en que lo está resolviendo
es incorrecta, y así da a entender que es un mal maestro. El muchacho
insiste en que él conoce una forma mucho mejor de resolverlo. Algunos de
sus compañeros de clase creen que tiene razón y se rebelan también.
¿Qué debería hacer el maestro? Podría echar de la clase a los
estudiantes rebeldes, pero ¿cómo reaccionarían los demás? Tal vez
pensarían que su compañero y los que se unieron a él tienen razón.
Podrían perderle el respeto al maestro y pensar que tiene miedo de que
se pruebe que está equivocado. Pero ahora suponga que el profesor
permite que el estudiante rebelde demuestre a la clase cómo resolvería él el problema.
13
Jehová ha hecho algo parecido. Recuerde que quienes se rebelaron en el
jardín de Edén no eran los únicos implicados en la cuestión. Millones de
ángeles observaron lo que ocurrió (Job 38:7; Daniel 7:10).
La forma en que Jehová respondiera a la rebelión tendría importantes
consecuencias para aquellos ángeles y, con el tiempo, para todas las
demás criaturas inteligentes. Así pues, ¿qué ha hecho Jehová?
Ha permitido que Satanás demuestre cómo gobernaría él a la humanidad.
Y también ha permitido que los seres humanos se gobiernen a sí mismos
bajo la dirección de Satanás.
14
El maestro del que hablábamos sabe que el joven rebelde y los alumnos
que lo apoyan no tienen razón. Pero también sabe que si deja que
intenten resolver el problema a su manera, toda la clase se beneficiará.
Así es, cuando se demuestre que los rebeldes están equivocados, los
alumnos que sean sinceros reconocerán que el maestro es el único
capacitado para dar la clase. Además, entenderán por qué a continuación
este expulsa de la clase a los estudiantes rebeldes. Del mismo modo,
Jehová sabe que todos los ángeles y humanos sinceros se beneficiarán
cuando vean que Satanás y los demás ángeles rebeldes no tienen razón y
que la humanidad no puede gobernarse a sí misma. Aprenderán esta gran
verdad que expresó el profeta Jeremías: “Bien sé yo, oh Jehová, que al
hombre terrestre no le pertenece su camino. No pertenece al hombre que
está andando siquiera dirigir su paso” (Jeremías 10:23).
¿Por qué tanto tiempo?
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Pero ¿por qué ha permitido Jehová que el sufrimiento dure tanto tiempo?
¿Y por qué no evita que sucedan cosas malas? Pues bien, pensemos en dos
cosas que el maestro antes mencionado no haría. Por un
lado, no impediría que el alumno rebelde demostrara cuál es su solución,
y por otro lado, no lo ayudaría a resolver el problema. De igual modo,
hay dos cosas que Jehová ha decidido no hacer. En primer
lugar, no ha impedido que el Diablo y los que están de su parte intenten
demostrar que tienen razón. Para ello ha sido necesario dejar pasar el
tiempo. En sus miles de años de historia, la humanidad ha probado todo
tipo de gobierno y ha hecho avances en la ciencia y en otros campos.
No obstante, las injusticias, la pobreza, los delitos y las guerras
no han dejado de aumentar. Está más que demostrado que la gobernación
humana es un fracaso.
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En segundo lugar, Jehová no ha ayudado a Satanás a gobernar este mundo.
Si Dios evitara que ocurrieran crímenes horribles y otras desgracias,
¿No cree que en realidad estaría apoyando a los rebeldes? ¿Verdad qué
podríamos pensar que los seres humanos sí podemos gobernarnos sin
que se produzcan resultados desastrosos? Si Jehová actuara de esa
forma, sería cómplice de una mentira. Sin embargo, “es imposible que
Dios mienta” (Hebreos 6:18).
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Pero ¿qué puede decirse de todo el daño que ha causado la larga
rebelión contra Dios? Recordemos que Jehová es todopoderoso. Por lo
tanto, puede reparar todo ese daño y, además, va a hacerlo. Como hemos
aprendido, nuestro planeta se recuperará del maltrato que ha recibido y
se convertirá en un paraíso. Gracias a la fe en el sacrificio de Jesús,
los seres humanos serán liberados de las consecuencias del pecado. Y en
el caso de los difuntos, la resurrección reparará el daño causado por la
muerte. De esa forma, Dios utilizará a Jesús “para desbaratar las obras
del Diablo” (1 Juan 3:8).
Jehová hará todo esto en el momento que él considere mejor. Podemos
alegrarnos de que no haya actuado antes, pues gracias a su paciencia se
nos ha ofrecido la oportunidad de aprender la verdad y servirle (2 Pedro 3:9, 10).
Mientras tanto, Dios está buscando a las personas que desean
sinceramente adorarlo y las ayuda a aguantar los sufrimientos en este
mundo lleno de problemas (Juan 4:23; 1 Corintios 10:13).
Cualquier pre3gunta o acotacion estoy llano a verla.
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