Lo primero es que el médico de cabecera te "la baja" temporal (Incapacidad Tempotal: IT). Este tipo de dolencias son muy complicadas de diagnosticar de forma "consistente" pues los síntomas son difícilmente objetivables. Tras un periodo prolongado de IT (depende del tipo de dolencia) se puede acceder a la Incapacidad Permanente (IP) pero para ello hay que realizar una propuesta y pasar una revisión por el EVI (Equipo de Valoración de Incapacidades) que remitirá un informe con su propuesta al INSS, que será en última instancia quien decida si se es tributario o no de una incapacidad y, en caso afirmativo, qué grado corresponde a la situación en la que está el paciente en ese momento, la cuantía de la misma y a partir de cuándo se podrá instar a revisión por agravación o mejoría. La IP puede ser Parcial, Total, Absoluta y Gran Invalidez y dependiendo de su modalidad varían los requisitos a cumplir (cotizaciones históricas) y las cuantías de las prestaciones.
Es un proceso que, excepto en casos evidentes, suele durar ¡Varios años! Y más en ese tipo de enfermedades.