Las propiedades no se reparten verbalmente, sino por escrito. Y no cualquier escrito, sino una escritura. Siempre resulta peliagudo tratar de una futura herencia cuando están todos vivos, puesto que el capítulo sucesorio se abre solo desde el momento de la muerte de una persona; pero en el caso de que sus suegros sean los primeros que mueran y de que no haya testamento, las propiedades se reparten al 50% entre los hermanos, sin distinción de cuotas. Es decir, que cada hermano será propietarios de cada uno de los bienes en que consiste la herencia, al 50%. Las mejoras hechas en la casa son una deuda que, si está demostrada e incluso reconocida por los causantes (los fallecidos) puede cobrarse directamente de la masa hereditaria, lo cual suele dar lugar a unas guerras interminables entre hermanos, por lo que le recomendamos que entienda que, si sus suegros no quieren firmar nada en cuanto a donación (que es un anticipo sobre la legítima) es que tampoco le dan ningún valor a la repartición verbal; pues pudiendo hacer los documentos, no los hacen. De donde se infiere que no deben meterse en inversiones comprometidas si no tienen todo documentalmente afianzado.