Los carotenoides son pigmentos que dan color a buena cantidad de frutas y verduras amarillas, naranjas y rojas, incluso se ha descubierto que los carotenoides confieren brillantes colores a los animales. Por poner un ejemplo, los crustáceos y los flamencos tienen su color por los carotenoides que obtienen antes con su dieta. Asimismo la yema de huevo es amarilla por la presencia de carotenoides, que además protegen a las grasas insaturadas que contiene.
El beta caroteno está presente en las verduras y frutas de color naranja oscuro o verde. La diferencia entre una zanahoria naranja oscuro y una pálida se debe a su contenido en carotenos.
Los alfa y beta carotenos son precursores de la vitamina A y funcionan como nutrientes antioxidantes. Son los únicos carotenoides que se transforman en cantidades significativas de vitamina A en el cuerpo, cuando lo necesita.
Los alfa y beta carotenos son importantes para el sistema inmune y proporcionan resistencia contra infecciones. También son necesarios para mantener el tejido epitelial y de las membranas mucosas, como el revestimiento de los pulmones, los bronquios y otros tejidos respiratorios. El tejido epitelial forma una barrera ante las bacterias y ayuda a prevenir las posibles infecciones y enfermedades.
Ha destacado mucho últimamente la familia de los carotenoides, donde se incluyen los alfa y gamma carotenos, la luteína y la astaxantina como protectores del sistema visual, el licopeno como protector de la glándula prostática, además de la capsantina, criptoxantina o zeaxantina, por citar los más importantes. La investigación ha demostrado que alguno de estos carotenoides aportan ventajas antioxidantes y protectoras, superiores al betacaroteno.
Las fuentes dietéticas más abundantes y comunes que aportan el consumo diario de carotenoides en nuestra población son: la zanahoria, el melocotón, la espinaca y el tomate (en el caso del licopeno).
Desgraciadamente, la mayoría de las dietas carecen de estos nutrientes, al menos en alta cantidad. Para compensar estas deficiencias, los suplementos de beta caroteno y otros carotenoides constituyen un aporte adecuado.
Los suplementos de carotenoides que más se recomiendan son los que incorporan betacaroteno y otros carotenoides en su forma natural. Además, estudios como los de Finnish y CARET, recomiendan que toda fórmula que se compone de carotenoides, no se debe basar sólo en la concentración de beta caroteno, sino en el equilibrio y actividad de varios carotenoides.
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Una de las fuentes más ricas de beta caroteno natural es el alga Dunaliella salina. Otra opción saludable es el aceite de zanahoria pero este tan sólo aporta beta caroteno.
En el caso de la Astaxantina natural empleada en los suplementos, esta se obtiene a partir del alga Haematococcus pluvialis, aunque también aportamos algo de astaxantina cuando tomamos el Aceite de Krill.