Hay dos formas de comprar un terreno: con superficie real o como cuerpo cierto. En el primer caso, la superficie que se vende y aparece en escrituras es la verdadera, medida por un topógrafo. Deberían ser así todas las ventas. En el segundo caso el vendedor indica que la superficie de escritura ha sido siempre cierta para él, pero que no lo ha comprobado, y eso es lo que vende, ese terreno independientemente de que tenga esos metros o no. Una práctica que debería desaparecer. Así que debe saber cómo ha comprado la finca. En algunos contratos se establece un máximo de diferencia entre real y escrituras. Para mí lo más lógico sería hablar con el vendedor, intentar revertir la venta o negociar un nuevo precio. No hay una cantidad legal establecida sobre diferencias de superficie para considerar una venta fraudulenta, desde mi punto de vista todas las parcelas se deberían medir, y la diferencia de superficies debería ser casi cero.