¿Quién debe aboandonar el hogar?

Después de intentar por ambas partes arreglar un matrimonio de 15 años, hace unos días que decidimos separarnos. Ahora toca hablar del hijo de 5 años, gastos y quien se queda con la vivienda. ¿Alguien sabe los pasos a seguir?

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Deberíais intentar llegar a un acuerdo en todos esos temas, decidir quién se queda con la custodia de vuestra hija, que puede ser compartida, quien se queda con la vivienda etc...

Como vuestra hija es menor de edad, lo más conveniente es hacer un Convenio Regulador, donde fijéis los acuerdos a los que llegáis, patria potestad, custodia, vivienda etc... Y que lo ratifiques ante el juzgado del lugar de vuestro domicilio conyugal.

Siempre y cuando lo hagáis de mutuo acuerdo será bastante rápido. Este procedimiento se lleva acabó mediante abogado y procurador pero es la mejor forma de tenerlo todo pactado por si en un futuro cambia la situación.

Actualmente, en el despacho donde trabajo llevamos bastantes temas de familia, puede consultarnos sin compromiso, le dejo mi número de teléfono y mi correo. 618278046 [email protected]

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Te recomendaría no dar ese paso, si tienes un matrimonio válido. Siempre se puede vivir el amor de verdad que es a lo que uno se compromete en el matrimonio. Pero por supuesto que para ello se necesita la gracia de Dios. Sin Dios ningún matrimonio va bien.

No es un buen método ante las dificultades intentar escapar, y sustraerse a las propias obligaciones. Y todo decisión tiene que tomarse desde el amor de verdad; nunca desde el egoísmo, como la mera comodidad, etc. Con lo primero siempre se gana, y con lo segundo, ni comodidad se obtiene.

Y en el caso de que finalmente se produjese la separación, siempre hay que respetar el vínculo matrimonial, que por supuesto persiste.

Muchas gracias por contestar. La verdad es que un matrimonio es de dos, no de tres si incluimos a Dios.

Hoy por hoy, lo mejor es darnos un tiempo pero dejando todo plasmado en un documento por nuestro hijo. El futuro dura si debemos estar juntos o no. El tema del hijo estamos de acuerdo.Me preocupa que vos sigamos haciendo daño porque el no quiere irse.Es el punto donde no nos ponemos de acuerdo.

Efectivamente el matrimonio es de dos personas humanas, pero si te fijas el compromiso siempre es individual. Sin duda no te habrán preguntado al contraer matrimonio si te comprometías a que él cumpliese sus obligaciones, ya que esto no es posible; tú no te puedes comprometer por nadie, solo por ti, que es lo que está en tu mano.

Amar, siempre es posible. No hay ninguna circunstancia que te lo impida. Y tú puedes cumplir tus obligaciones aunque la otra parte no las cumpla. El ver si el otro cumplirá o no sus obligaciones ya es propio de la preparación del matrimonio, pero no para después, en el que ya está contraído el compromiso, y hay que cumplirlo.

Por supuesto que Dios siempre tiene que estar presente para que el matrimonio vaya bien. Las personas tienen que ayudarse a ir hacia Dios. El problema es que en muchas ocasiones en vez de ayudar a la otra persona a ir hacia el bien, a crecer en actuar bien, en ir hacia Dios, se le pretende utilizar para la satisfacción de los intereses vanos y desordenados.

Ni que decir tiene que la separación tiene muchos riesgos, siendo uno y muy grave el adulterio.

Yo te diría que no te expongas a esto, siempre contando con que tengas un matrimonio válido (en otro caso, claro que tendría que suspenderse la convivencia, y también pensar en la posibilidad de hacer las cosas bien, ya que sin que el amor humano se proteja, claro que las cosas no van bien; el Sacramento del Matrimonio ya aporta gracias especiales para que los esposos cumplan con sus obligaciones, ya que el amor siempre exige esfuerzo).

Si queréis tener un tiempo de mayor reflexión, seguro que hay mil formas de hacerlo, pero estando juntos. Es cierto que puede haber mucho ruido en muchas casas, y eso es porque se antepone lo menos importante, a lo más importante. En una ocasión había oído, creo que en la tele, a una persona que decía que había propuesto en su casa, y lo llevaban a cabo, el estar media hora al día en total silencio. El silencio es una cuestión importantísima. Y es que creo que la gente tiende a mirarse mucho los unos a los otros, en vez de mirar más a Dios, y desde ahí poder ver mejor a los demás, como te decía, sin pretender que satisfagan intereses venos o desordenados de nadie, sino que ayudándoles al bien.

Si él no quiere irse, y siempre suponiendo lo que te decía arriba, me parece una buena señal. Seguro que hay mil formas de reflexionar sin tomar una decisión, que te podrá parecer que no, pero que ya puede tener muchas y muy graves consecuencias.

Si tú no vives para ti misma y estás en gracia de Dios, y le ayudas a él a lo mismo, no le haces daño, sino que bien. Yo te diría que te acerques más a Dios; y no tomes ninguna decisión que no esté guiada por la caridad, por el amor de verdad (no encaminada a lo superficial, sino que a lo de verdad, viendo si realmente algo es bueno o no; el objetivo no sería por ejemplo meramente no discutir, ya que hay daños mucho más graves; y para acertar en esto te sirve el siempre querer resolver los asuntos desde la raíz, no desde la superficie o desde sus últimas manifestaciones). Hazte el propósito de siempre responderle de la forma más correcta posible, y siempre sin perder el objetivo de hacer el bien de verdad:; y aunque fuese algo incorrecto lo que veas; no te dejes llevar por tus intereses particulares, sino que sobreponte a esto, véncete a ti misma, y sal triunfante guiándote por el bien de verdad, por supuesto que con la gracia de Dios.

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