La mejor manera es recibiendo un examen dental con un experto en la materia y que alguien te recomiende esa persona. El odontólogo es quien puede determinar qué necesitas en particular. Cada persona tiene una salud bucal diferente y por ende los tratamientos varían de igual manera. Por ejemplo, siempre tengo que usar hilo dental antes del cepillado, en algunas ocasiones cuando tengo las encías muy rojas e inflamadas realizo buches de agua tibia con sal y bicarbonato de sodio por unos 5 o 10 minutos antes de acostarme y eso ayuda mucho a desinflamar mis encías.
Cada 6 meses voy al odontólogo y me realizo una profilaxis, evito tomar café, no fumo, no ingiero muchos dulces ni mastico goma dulce.
Por otro lado Manuel, quiero aprovechar la oportunidad para recomendarte darle atención a otro tipo de salud tan importante como la salud bucal, se le llama salud espiritual. Esa es mucho más difícil de identificar y satisfacer. ¿Cómo se logra? Pues meditando en el consejo de Jesús cuando señaló cuál es la clave de la verdadera felicidad, puede cambiar nuestra manera de ver las cosas. Dijo: “Felices son los que tienen conciencia de su necesidad espiritual” (Mateo 5:3). Solo seremos verdaderamente felices si damos los pasos para satisfacer nuestra mayor necesidad: la sed de saber la verdad sobre Dios y sobre su propósito para nosotros. Esa verdad se encuentra en la Biblia, y conocerla nos ayuda a determinar lo que es realmente importante y lo que no. Cuando dejamos que la Biblia guíe nuestras decisiones y nuestros actos, la vida cobra más sentido. Fíjate como en otra ocasión afirmó: Pero él dijo: “No; más bien: ¡Felices son los que oyen la palabra de Dios y la guardan!”. (Lucas 11:28).
Sigue cuidando tu salud y aun eres joven para lograr los mejores resultados. Gracias por tu tiempo y valoración, da saludos a tus seres queridos y amigos.