Porque la iglesia se basa en la Biblia. Es una respuesta escueta pero es la que se ajusta a tu pregunta.
A partir de aquí se abre todo un abanico de dudas y controversias. Sea como sea, el caso es que es un hecho y discutir ahora su origen solo sirve para discriminar a las personas que lo son, y eso implica utilizar teorías o ideas para crear problemas reales.
Lo correcto e incorrecto, corresponde a cada uno como individuo y es quien debe decidir por lo que entienda que hay que hacer.
Hay muchas cosas de este mundo que no entendemos y no por ello dejamos de meternos en guerras por esas cosas. Es algo sobre lo que reflexionar, porque bien mirado, es de lo más absurdo. Creencias, arraigos, cosas que nos han enseñado, nada de ello existe, hasta que lo hacemos real por medio de nuestro actos.
A veces, pensamos en cosas que nos convendrían y que vemos con suma claridad en nuestra mente que podemos poner en palabras y que esas palabras se sostendrían en base al derecho y a la razón. Pero por alguna razón sabemos, que por más que pueda parecer que tenemos perfecto derecho a decirlas y que encontrarían sustento en la razón, en realidad son una necedad.
Todo cuanto uno se encuentra al venir a este mundo, bien ha sido creado por la mano del hombre, o bien ha sido creado por otra mano, digamos la naturaleza, y no hace falta que entremos en la cuestión de quien ha creado a la naturaleza, ya que sea cual sea su origen, es evidente que su poder es mayor que el nuestro. Lo sensato sería centrarse en cambiar lo que hemos creado y que depende de nuestras decisiones, pero nos empeñamos en dominar también lo que no hemos creado.
Tomamos partido por cosas que conocemos solo por creencia, en las que no hemos intervenido a la hora de su creación, ni tenemos el poder de cambiar y creamos leyes más injustas que las situaciones que tratamos de resolver.
Olvidamos que lo que debemos tratar de mejorar es a nosotros mismos y no por la anulación o destrucción de lo que no nos gusta o consideramos malo, sino por la demostración práctica de lo que consideramos bueno.
Las cosas grandes empequeñecen al hombre. Las cosas pequeñas lo engrandecen. La sensación de grandeza que se experimenta al participar en algo que nos supera, es grande en la medida que lo sea, eso a lo que estamos contribuyendo, porque si eso a lo que estamos contribuyendo es para someter o para engañar o en definitiva, va contra el género humano, somos cómplices ignorantes, de nuestra propia destrucción.
El mundo no es el lugar al que se viene para eliminar de él todo lo que no nos gusta e implantar lo que nos gusta, (que es el peligro que acecha al poder) sino que el mundo es el lugar al que se viene a sostener un equilibrio lo más pacífico posible entre velar por la propia integridad, disfrutar de los placeres de la vida y procurando no atentar contra la integridad de los demás.
El exterminio de algo va contra nuestra naturaleza. Sin embargo una fuerza misteriosa nos atrae a veces hacia esa forma de actuar y cuando nos dejamos arrastrar por ella todo se encamina al desastre.