Las tarjetas de crédito en realidad son préstamos. Como tales la mayoría de ellas te cobran intereses en cuanto empiezas a aplazar pagos. Los intereses de las tarjetas de crédito son los más elevados de todos los productos de financiación.
1º consejo: Si tienes deudas acumuladas en varias tarjetas de crédito empieza por pagar por anticipado las deudas que generen intereses más altos o aquellas tipo revolving en las que puedes estar pagando una pequeña cuota mensual que no alcance ni los intereses generados. Estas son las más dañinas, solo estas pagando los intereses, o peor, solo parte de ellos con lo que tu deuda no se reduce o se incrementa.
2º consejo: si partimos de la visión de valorar el dinero como el tiempo que te ha costado conseguirlo, con las tarjetas de crédito estás pagando con tu futuro y no con tu pasado. Cuando ese futuro llegue (el próximo mes o el próximo año) parte del valor de ese tiempo ya lo has gastado. Mal negocio.
Todo esto te debería llevar a ver que una tarjeta de crédito:
1) Es un recurso para un uso puntual, extraordinario si quieres para financiar gastos imprevistos, emergencias o similares. Una manera de obtener una financiación que no te ofrecen en otro sitio.
2) Establece siempre que sea posible el pago de la totalidad en el mes siguiente, que la mayoría de tarjetas no cobra intereses por ello.
3) Establece tu nivel de gastos acorde a tu nivel de ingresos para que puedas aplicar los dos puntos anteriores sencillamente.