Manteniendo la idea de que Satán es en realidad el acusador, postura no muy diferente a la de otras religiones, como la egipcia, contaban con esa figura (Anubis), un ser que juzga/acusa a los muertos durante el juicio de su vida.
Sin embargo, para la tradición monoteísta judía, no puede haber otro Dios, así que Lucifer no puede ser considerado como tal.
Sin embargo, para los satánicos teístas, Satanás es la representación actual de la figura de Prometeo de los griegos, un ser que pone al alcance de la humanidad los conocimientos que le han sido negados, así que podría considerarse como liberador, aunque no Dios por lo explicado anteriormente.
Durante cientos de años Lucifer no aparecía en el arte religioso, y cuando eventualmente hizo su aparición, era azul y no tenía ningún cuerno ni pezuñas.
Los cuernos, y su color rojo, surgió a través de generaciones de artistas y escritores que tomaron lo poco que dice la Biblia sobre Satanás y lo fueron reinventando a lo largo del tiempo.
Para los judíos el diablo es otro agente de Dios haciendo su labor. Ese personaje fue luego desarrollado por los cristianos hasta tornarlo en la representación de la maldad suprema. Y durante el oscurantismo se le pusieron cuernos como parte de su castigo por rebelarse.
Luzbel es el arcángel más bello de la corte, y en ninguna parte se menciona que tenga cuernos ni que sea feo, eso se determino en los primeros siglos de la cristiandad, específicamente en los siglos posteriores al año 380 de nuestra era, cuando el emperador romano Teodosio I declaró al cristianismo como la religión oficial del Imperio. En esos años, en Europa y Asia existía una multitud de religiones, cada una con su panteón y sus dioses antropomorfos o zooantropomorfos —es decir, con forma humana o mezcla de animal y humano—, las cuales, tras la oficialización del cristianismo, se convirtieron en religiones “paganas”. Así pues, los enemigos de la cristiandad, de Dios y de Jesús el Cristo, eran esos falsos dioses adorados por los celtas, germanos, egipcios, babilonios, griegos, sumerios, fenicios y todos los demás pueblos que rodeaban o habían sido conquistados por el pujante Imperio Romano.
Cada una de las características de la imagen prototípica del diablo (en minúscula, porque es una función, no un nombre) se obtiene por correspondencia con alguna de las deidades adoradas por los paganos. Por ejemplo, el color rojo es el mismo que portaba el dios egipcio Seth. Los cuernos, al parecer, fueron retomados de Cernunnos, dios astado del norte que forma parte de la religión celta, las patas de cabra, herencia del dios Pan de los griegos (que mencioné en la respuesta anterior), que además le aporta el hirsuto cuerpo y la hipersexualidad lujuriosa y también de los griegos surge el tridente, que no es sino un representación del que emplea Hades, mientras que la cola puntiaguda, al parecer, está vinculada con la idea de las flechas bárbaras.
Mientras las ideas sobre Satán se limiten exclusivamente al cristianismo seguirás teniendo dudas.