Obviamente, la impresión que me pueda llevar yo sólo se basará en los datos que usted me aporta.
En el primer caso, no veo necesariamente una contradicción. Usted dice que la niña no quería volver al colegio por miedo a ser castigada, según relata la madre. Y en el colegio le dicen que el incidente no reviste mayor importancia. Las dos afirmaciones pueden ser perfectamente ciertas. Es posible que, aunque los hechos no fueran graves, la niña se llevara una reprimenda y se lo tomara mal, especialmente si tiene una discapacidad intelectual. Pudo tomarse las cosas a la tremenda. No podemos saber, por tanto, si le entró miedo o no. La única que podría responder a eso es la niña.
En cuanto al segundo caso, lo que imagino que es un hecho es que la niña estaba afónica y que la madre la llevó al médico. Por tanto, actuó correctamente, con independencia del origen de dicha afonía. De hecho, con más motivo si no fue debido al llanto, puesto que, en ese caso, había que buscar el origen de esa afectación en la laringe (¿una infección?). Y si fue por el llanto por una caída, quizá no estaba de más llevarla a que le echaran un vistazo por si se había lastimado con la caída.
En cualquier caso, opino que la madre actuó correctamente llevado a la niña al médico.
En cuanto al motivo de llevarla, si la madre dijo que era por la afonía por haber llorado, desconozco qué la llevó a afirmarlo, pero no veo que sea algo de tal gravedad como para cuestionarse si acudir al juez. En esta situación que, como le digo, encuentro justificada la visita médica, lo de creer que el origen de la afonía es uno u otro es simplemente anecdótico.
No sé si le gustará mi respuesta, pero ya le digo que valoro únicamente la información que me ha dado y, por estos dos ejemplos, no comparto su visión. Estoy convencido de que habrá otras muchas situaciones que la habrán llevado a usted a plantearnos sus preocupaciones, pero con estas dos, sinceramente, no creo que plantearse acudir al juzgado sea razonable.