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Algunas consideraciones sobre el alza del azucar
EN LA REPUBLICA DOMINICANA, 1875 — 1900
Dra. Helen Ortiz
La estructura económica y social de la República Dominicana se alteró, radi-
Calmente, en los últimos veinticinco años del siglo X1X. A mitad de siglo, la e-
Conomía de Santo Domingo era de subsistencia. Su sector externo se limitaba
A la exportación de ganado a Haití y a pequeñas cantidades de productos fo-
Restales a Europa. Sin embargo, ya para fines de siglo, Santo Domingo había
Alcanzado la economía exportadora de hoy: azúcar, café, tabaco, cacao y fru-
Tas tropicales para el mercado mundial.
El principal vehículo de este profundo cambio fue el azúcar. Habiéndose ini-
Ciado su alza en el primer lustro de la década del 70, en pocos años el valor de
Las exportaciones azucareras llegó a sobrepasar el de todas las demás exporta-
Ciones. Un periódico capitalino informó, en 1892, que, desde el comienzo de
Su auge, las exportaciones del azúcar habían crecido nueve veces con respecto
A las de los productos forestales y constituían "más del doble de las de todos
Los otros productos combinados. (1) Nuevos polos de crecimiento aparecie-
Ron en el sur y este del país desafiando el tradicional predominio del Cibao (á-
Rea norteña, centro de la producción tabacalera.) Surgió una nueva élite eco-
Nómica, en gran parte compuesta por inmigrantes recién llegados a Santo Do-
Mingo, y ésta figuró en medida considerable en la política contemporánea.
En gran parte esta transformación se debe a cambios estructurales ocurridos
En el mercado mundial, tanto en términos de producción, como de consumo.
En el período 1750 -- 1850, la población mundial se incrementó en un 60
Por ciento y la de Europa más que se duplicó después de siglos de estanca-
Miento demográfico. (2) Este crecimiento significó una nueva demanda de
Productos alimenticios, textiles, productos forestales y otros, que Europa,
Que se industrializaba rápidamente, no podía satisfacer localmente.
Además, el alza en el nivel de salarios, que acompañó a la industrialización,
Trajo consigo una gran expansión del consumo en el mercado de productos
Exóticos, especialmente cultivos tropicales, tales como el azúcar, tabaco, ca-
Cao y frutas tropicales. Al mismo tiempo, la expansión del capitalismo nora-
Tlántico exigía nuevos mercados tanto para sus productos industriales de con-
Sumo como para su exceso de capital. El resultado fue la creación de un nue-
Vo sistema de mercado internacional, con un vigoroso intercambio de produc-
Tos, capital y mano de obra, al cual América Latina y la República Dominica-
Na entraron en las últimas décadas del siglo.
A la vez, el alza del azúcar en Santo Domingo se liga íntimamente con la po-
Lítica interior del país en ese tiempo. El siglo XIX había sido caótico para la
Totalidad de la isla La Española.
Al principio de siglo, la Revolución Francesa, y la consecuente Revolución
Haitiana, convirtieron a la somnolienta colonia española de Santo Domingo
En un campo de batalla y ocupación extranjera, situación que se extendió
Hasta 1844. (3) La Primera República, fundada ese mismo año, estaba desti-
Nada al fracaso, pues solo legó al país veinte años de inestabilidad y desho-
Nestidad política, que culminaron, en 1861, con la reanexión al Reino de Es-
Paña por invitación del presidente dominicano, Pedro Santana. Sin embargo,
Si los años que anteceden a la ocupación española se califican de inestabilidad,
Los cuatro años de combate, tipo guerrillero por parte de los dominicanos, y
Los tres lustros de luchas caudillescas que siguen a la terminación de la ocupa-
Ción, tienen que calificarse de caos político y, por ende, económico. (4)
Esta situación cambió radicalmente a fines de 1879, cuando el Partido Azul
O Nacional llegó al poder para mantenerse en él hasta 1899. La mayoría de
Este tiempo está representada por las cinco administraciones presidenciales
Del General Ulises Heurreaux, quien gobernó el país en la tradición de los
Grandes dictadores “liberales” latinoamericanos de finales del siglo pasado.
El largo período de gobierno le presentó al país una tregua relativamente
Pacífica, en que las tierras fueron libradas del pillaje, los campesinos pudie-
Ron guardar sus armas y volver a sus sembradíos y el capital pudo sentirse
Seguro en sus inversiones. Como era de esperarse, las élites azucareras, que se
Beneficiaron tanto del período de paz, prestaron su apoyo financiero y moral
Al régimen que había hecho posible su prosperidad.