Lo de ver amarillo me imagino que si ha sido así de siempre, podría ser de la vista; en otro caso, habría que ver a qué te refieres exactamente, cuándo te ocurre, desde cuándo, etc. No sé si te refieres a ver borroso, o si pudiera formar parte de ver el entorno como extraño. Con respecto a lo de comer sin parar, también habría que ver si es de siempre o de ahora; esto ya es más frecuente, y claro que podría estar lo psicológico implicado. Si las ganas de comer son de hidratos, parece ser que también podría ser por falta de ingesta de potasio (que la contienen los vegetales verdes, también los pistachos, etc., que por cierto, estos últimos regulan el apetito), y también te podría venir bien el no comer hidratos en todas las comidas, sino que en una al día, si es que eso te ha ocasionado aumento de peso. El cansancio puede estar relacionado también con todo lo anterior, y lo psicológico.
Algo que te vendrá bien en cualquier caso es tener un adecuado rumbo en la vida; hablas de ganas, pero no se trata de tener ganas, sino que de hacer lo que es mejor. Yo te diría que empieces a pensar en lo que puedes hacer de bueno de verdad en la vida; y para ello poner los medios de frecuentar los Sacramentos y hacer oración. Los síntomas te tienen que llevar a lo que puede cambiar del interior, ya que los síntomas son meras manifestaciones, no son el problema en sí, aunque claro que podrían causar problemas.