¿Qué son los instintos?

Todo lo que forma nuestro universo, al menos según nuestro conocimiento actual (sean estrellas, organismos completos, proteínas u hormonas), está compuesto en última instancia por interacciones de moléculas químicas que obedecen las leyes de la física, y los instintos o conductas aprendidas no son una excepción.
Dicho esto, hoy por hoy es imposible responder con seguridad qué es el instinto, y sobre todo y aún más importante, donde se almacena y cómo pasa a otras generaciones. La hipótesis que trata de explicarlo se centra en presentarlos como parte de la memoria genética: es decir, los genes serían capaces de guardar información útil para la evolución y supervivencia ya no de la especie en su totalidad, sino del individuo en su particularidad, y transmitirla. Esta idea, aunque con un enfoque equivocado, ya se presentó hace mucho tiempo como base de las teorías de Lamarck, que después cayeron en el olvido tras el boom darwinista.
Es decir, y en síntesis: el instinto es un comportamiento que se transmite de generación en generación como parte del legado genético del organismo en cuestión, y que mejora gracias al aprendizaje y a la imitación de conductas. Su naturaleza exacta es, a día de hoy, totalmente desconocida; quizá la física cuántica sea capaz de explicarla en un futuro.