Lo del catabolismo muscular nocturno es más bien una leyenda urbana. La degradación de proteínas para producir energía es uno de los últimos recursos que usa el cuerpo. Así, si nuestra alimentación es suficiente y equilibrada, nuestro cuerpo consumirá glucosa y ácidos grasos para producir energía, no proteína. Durante la noche, además, nuestro metabolismo se enlentece debido a la disminución de actividad (disminuye la frecuencia cardíaca, el ritmo de la respiración, etc...) Por ello, el requerimiento de energía nocturno es menor, y si tenemos la cantidad de grasa corporal adecuada tendremos más que suficiente para aguantar toda una noche, y más, abasteciendo al cuerpo de energía sin necesidad de tocar las proteína.
Otra cosa es que quien practica deporte a diario y de una forma intensa sufra de remodelación muscular durante el reposo. El ejercicio intenso produce microroturas fibrilares que hay que reparar, y por ello el catabolismo-anabolismo estará más activo. Si ese ejercicio intenso y prolongado conlleva además una disminución del tejido adiposo por debajo del recomendado entonces podrían aparecer problemas. Hay que tener en cuenta que el tejido adiposo no sólo es un reservorio de energía, si no que también retira ciertas substancias del cuerpo, evitando la lipotoxicidad, y tiene una función protectora mecánica, puesto que absorbe una parte de la energía de un golpe, protegiendo de esa forma las vísceras de sufrir daño. Hay estudios hechos en ratones que demuestran que un ratón obeso tiene más problemas que uno normal, pero que un ratón incapaz de desarrollar tejido adiposo presenta aun más problemas que uno obeso.
Si quiere mantener su músculo en buenas condiciones y sin que se degrade, aliméntese de forma adecuada, practique ejercicio de forma correcta, respetando los períodos de descanso, y no se obsesione con eliminar totalmente la grasa corporal: tiene su función.