Quiero saber si él es gay y me quiere

Tengo 37 años. Estoy casado, dos hijos pequeños. Creo que me he enamorado de un muchacho que ha llegado nuevo a la oficina. Tiene 26 años. No dejo de pensar en él todo el día y me gusta, me gusta mucho. Siempre he sabido que soy gay aunque en su día no quise asumirlo y las circunstancias, la cobardía, me llevaron a emprender una vida con una mujer. Pero los esquemas se me han roto con la irrupción de este chico. Lo quiero, lo quiero mucho, mucho. Ahora bien, estoy confuso. No sé si él es gay como yo y siente lo mismo. Siempre se ha mostrado muy cariñoso conmigo. Desde el principio vino a mí: yo empecé a reparar en él al comprobar el interés que demostraba en mí. Hemos forjado en dos meses una pequeña amistad; nos vemos cuando podemos; hablamos largo rato; yo estoy muy a gusto con él y yo creo que él conmigo, porque nunca pone término al encuentro. Creo que me aprecia y me tiene una alta estima, pero, claro, llega un momento en que yo quiero algo más. Hay veces que me dan ganas de tocarlo, acariciarlo, besarlo, pero me reprimo por miedo a su reacción. Y de hecho le acaricio la cara y él me acaricia la cara a mí, pero todo queda ahí. Él sabe que estoy casado y quizá no sospeche nada, pero no creo que haya encontrado muchos amigos que se muestren con él como me muestro yo. Le pregunté un día si tenía novia y me dijo que no. Nunca me habla de chicas, parce que no le interesen, y me jura que jamás se casará. Un día observé que miraba el trasero de otro chico, con atención. No sé, intuyo que es gay, pero no estoy seguro, y no quiero decirle nada por miedo a meter la pata y acabar con todo. Si algún me insinuara algo, yo caería en sus brazos, rendido, pero quiero que sea él quien de el paso. Yo no quiero arriesgar, por miedo a perderlo todo, a él y a mi familia. Ayúdeme por favor. Necesito que me dé un consejo. ¿Qué hago? ¿Espero ese momento? ¿O me adelanto yo? ¿Cuánto podré aguantar? No veo la hora que lo beso y que hago el amor con él. No puedo más. Y pasan los días y nada, él no me dice nada. Y yo creo que el asunto flota en el ambiente, y que incluso a él se le ha pasado por la cabeza, pero nada. Seguimos ahí. Quizá sea pronto y me esté apresurando, pero me estoy consumiendo la vida.