Existe en general una necesidad de etiquetarnos en una u otra categoría en todo, esto es un error. Más que blancos o negros, todos somos una escala de grises y de colores también. Nos ha quedado más fácil hablar de hombres y de mujeres, de heteos y homos, pero lo cierto es que la bisexualidad existe, e incluso existen homosexuales con cierto grado de heterosexualidad, o heterosexuales que la pasarían bien con uno de su mismo sexo. Si clasificaras a cada persona que hoy se define como masculino o femenino, como hetero u homo, seguro encontrarías que su gusto no es una medida radical y cada uno tiene grados de atracción por el otro sexo, o de feminidad o masculinidad. Por ejemplo hay hombres muy detallistas, tiernos, que lloran con facilidad o mujeres aguerridas, severas. No por eso deben "cambiarse de sexo" ¿verdad?
Por un momento olvida los nombres, olvida las divisiones y solo piensa en...¿Qué te gusta? Eso ya lo has respondido en parte en tu pregunta. Es posible que te gusten los hombres solo para sexo y las mujeres para algo emocional, es posible que mañana cambies de opinión y te enamores de un hombre, pero eso no debería ocupar tu mente con inquietud.
Frente a tus gustos sexuales, el hecho de que no te guste ser penetrado no significa que no te gusten los hombres. Y lo anterior no significa que debes etiquetarte y dejar a un lado a las mujeres si ellas también te gustan.
Es probable que te gusten los hombres porque de alguna manera quisieras estar en su lugar por su cuerpo, una especie de envidia. La realidad es que cuando nos enamoramos de alguien o alguien nos gusta en realidad solemos enamorarnos de nosotros mismos, de lo que vemos de nosotros, o del ideal de nosotros, en esa persona. Así que si tu gusto hacia los hombres está dado por querer ser como ellos o tener su "suerte", no estarías lejos de lo que le ocurre a todo el mundo cuando siente atracción o enamoramiento.
Lo mejor que puedes hacer al respecto es vivir, experimentar y ya lo estás haciendo. Claro, siempre con responsabilidad, cuidándote y sintiendo respeto hacia los demás. Cumplido eso lo demás es algo que no se piensa; se vive y se siente. Las respuestas llegan solas, tú mismo dices que ya has descubierto que te gustan unas cosas y otras no. Más allá de lo sexual, el día que te enamores de alguien lo sabrás: las mariposas en el estómago, el interés por lo que hace o lo que dice o como piensa esa persona; las ganas de acercarte, etc. Y eso te puede pasar bien sea con un hombre o con una mujer; cuando suceda, si es que no ha sucedido, lo sabrás. Por lo pronto disfruta de lo que te gusta.
Más que una respuesta, te dejo las preguntas claves que debes responderte para aclarar tu panorama.
¿Para qué te interesa etiquetarte como hetero u homo?
¿Cuándo miras a un hombre atractivo qué sientes? ¿Es solo envidia o te produce excitación sexual?
¿Cuál es la diferencia entre lo que sientes por un hombre que te atrae y lo que sientes cuando ves a una mujer que te gusta? ¿En ambos te gustan lo mismo?
¿Hay algo que tengan ellos o que te produzcan que no te producen ellas y viceversa?
Por último, si lo que te gusta en ellos es el cuerpo que desearías tener, puedes enfocarte en ti mismo, en trabajar tu cuerpo, en reconocer tus cualidades personales, en mirarte en un espejo y desearte, ir a un gimnasio si quieres verte mejor, pero sobre todo en trabajar el aspecto interno, lo personal. Quizá esa sea la mejor forma de tranquulizarte, entender que tu preocupación no debe ser quién te gusta, ni los cuerpos ajenos, sino cómo lograr enamorarte de ti mismo. A partir de allí lo que venga, sea hombre o mujer, desde que te guste, bienvenido.