Mi hija de 6 años no quiere comer fruta

Necesito que me ayudéis, mi hija tiene 6 años y nunca digo nunca ha querido comer fruta, ni de bebé con las papillas ni en zumos ni de ninguna manera, para ella le supone un trauma, no quiere probarla, le da asco hasta su olor, creo que es más psicológico que nada puesto que no sabe ni el sabor que tiene. En casa todos comemos fruta, mi marido y su hermano que tiene 10 años. Creo que ya no puedo ni debo dejarlo pasar más tiempo, puesto que tengo miedo que le pueda repercutir en su desarrollo.
Me gustaría que me indicaran qué debo o cómo puedo hacer para introducir la fruta en la comida diaria de mi hija, puesto que es un trauma para ella.

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En mi opinión, el "trauma" de la niña se está empezando a convertir en un trauma para ti, y no debes permitirlo. La fruta es sanísima, aporta vitaminas y pocas calorías, pero no es imprescindible para su desarrollo, si el resto de su alimentación es correcta y equilibrada, así que no te preocupes. Seguro que tu pediatra ya te lo habrá dicho. Por supuesto que si le gustase y comiese sería estupendo, pero si no, no la fuerces, porque sólo conseguirás que la aborrezca más aún.
Es importante, sobre todo, que no convirtáis el tema de la fruta en moneda de cambio o de presión ante vuestros conflictos ("castigada a comerte un plátano", o "si me compras la bici meriendo fruta todo el mes"). Sino que directamente coloques el frutero encima de la mesa y que vea que todos comen tranquilamente. Cuando haya una comida especial, prepara algún postre adornado con frutas, o puedes hacer bizcochos de naranja para desayunar (queda riquísimo y no sabrá que está tomando fruta), crema de limón sustituyendo al yogur, batidos, helados, etc. Si no tienes recetas te puedo dar algunas. No será como comerse una fruta entera, pero así va probando los sabores.
Pero insisto, en el tema de la alimentación, si algo causa tanto rechazo, yo soy partidaria de no obligar. Las obligaciones sólo conducen a rebeldía y en cuanto pueda se negará aunque sólo sea por reafirmar su propia autoridad. De todos modos, cuando crezca un poco más, si realmente no le gusta, dejará de tomarla, y no podrás obligarla. Así que lo único que consigues si te empeñas ahora es que siempre lo recuerde como algo negativo. Piensa en tu propia infancia: ¿Verdad qué había cosas que no te gustaban nada y que ahora sí las comes? ¿Y cosas que siguen sin gustarte?...
No merece la pena que ni ella ni tú discutáis ni os entristezcáis ni un solo segundo por esta cuestión.

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