Agresión física y amenazas
Este último sábado, al salir de casa, encontramos un niño de unos 5 años encaramado a la puerta del portal por el exterior, con sus 2 padres, una hermana algo mayor y dos personas más. Les indicamos que bajaran a su hijo, pero sus padres, con alguna botella entre las manos y sin hacer el más mínimo ademán, nos ignoraron. Mi mujer abrió la puerta lentamente y el niño bajó por sus propios medios, e insistimos mientras salíamos
Que no se puede permitir que un niño trepe a más de 2m de altura. Su padre contestó que "una vez arriba, que no lo si lo que había que hacer era matarlo" con nerviosismo y agresividad, encarándose con nosotros. Decidimos no hacer frente a la discusión y nos fuimos a nuestro vehículo, aparcado en la misma calle. Al irnos, arreció al torrente de insultos y amenazas a tal volumen que algunos vecinos salían a los balcones de nuestro
Bloque, alarmados. Mi mujer subió al coche y yo deposité los objetos que portaba en ambas manos en el maletero, disponiéndome a sentarme al volante.
Aún fuera del coche, dirigiéndome a mi mujer, los señalé con el dedo: ¿"Pues no nos están insultando todavía?". Esto fue el desencadenante, pues el padre de esa familia, entre gritos difíciles de comprender, pues se encontraba exaltado, corrió los 20 ó 30 metros que separaban nuestros vehículos para embestirme de una manera tan rápida que casi no lo vi llegar. Su cabeza dio contra el centro de mi pecho y me lanzó, dado que el tipo llevaba velocidad y era más corpulento que yo, contra la puerta de mi coche que, por suerte, aún permanecía abierta. La puerta me recogió y llegó a doblarse
De tal modo que de abolló y dejó de cerrar bien.
Un amigo, al parecer, de la pareja, ayudó a contener al agresor. Al mismo tiempo, la mujer del agresor se acercó para decirnos que "no teníamos derecho a tener a nuestro hijo". Se ve que ella si que observó el embarazo de mi mujer, que está de 36 semanas.
En ningún momento respodía a la agresión más que para defenderme a mi mismo y a mi mujer, sin propinar ningún golpe, y no lanzamos ningún insulto ni amenaza tampoco. Mantuvimos de esta manera el control, separándonos del agresor y sus acompañantes.
Mi mujer temblaba de miedo y se acercó a mi, cosa que no le importó al agresor, pues seguía arremetiendo y profiriendo "la zorra de tu mujer", "os tengo que matar", "os vais a quedar sin dientes", "os arranco la cabeza", etc. Como sería la cosa, que hasta la hija del agresor, de unos 7 años, decía que "a esa mujer [mi esposa] la tengo que matar yo". El hombre no cejó en su actitud de inusitada violencia, agitando los brazos y moviéndose rápidamente de un lugar a otro, gritando constantemente, hasta que llegó la Autoridad.
Llamamos a la guardia civil y pasamos por el centro de salud y el cuartel para denunciar, tras prestar declaración en el mismo lugar de los hechos.
Las lesiones se limitan a dolor en las costillas y en el pecho, y moratones y pequeños dolores en la espalda por el contacto con la puerta de nuestro coche.
¿Podrían indicarme su criterio de cara al próximo juicio rápido? Me gustaría que esta violencia, por una parte, la manera de educar a sus hijos, por otra, fueran objeto de una fuerte llamada de atención, y los desperfectos en nuestro vehículo sean reparados completamente.
Que no se puede permitir que un niño trepe a más de 2m de altura. Su padre contestó que "una vez arriba, que no lo si lo que había que hacer era matarlo" con nerviosismo y agresividad, encarándose con nosotros. Decidimos no hacer frente a la discusión y nos fuimos a nuestro vehículo, aparcado en la misma calle. Al irnos, arreció al torrente de insultos y amenazas a tal volumen que algunos vecinos salían a los balcones de nuestro
Bloque, alarmados. Mi mujer subió al coche y yo deposité los objetos que portaba en ambas manos en el maletero, disponiéndome a sentarme al volante.
Aún fuera del coche, dirigiéndome a mi mujer, los señalé con el dedo: ¿"Pues no nos están insultando todavía?". Esto fue el desencadenante, pues el padre de esa familia, entre gritos difíciles de comprender, pues se encontraba exaltado, corrió los 20 ó 30 metros que separaban nuestros vehículos para embestirme de una manera tan rápida que casi no lo vi llegar. Su cabeza dio contra el centro de mi pecho y me lanzó, dado que el tipo llevaba velocidad y era más corpulento que yo, contra la puerta de mi coche que, por suerte, aún permanecía abierta. La puerta me recogió y llegó a doblarse
De tal modo que de abolló y dejó de cerrar bien.
Un amigo, al parecer, de la pareja, ayudó a contener al agresor. Al mismo tiempo, la mujer del agresor se acercó para decirnos que "no teníamos derecho a tener a nuestro hijo". Se ve que ella si que observó el embarazo de mi mujer, que está de 36 semanas.
En ningún momento respodía a la agresión más que para defenderme a mi mismo y a mi mujer, sin propinar ningún golpe, y no lanzamos ningún insulto ni amenaza tampoco. Mantuvimos de esta manera el control, separándonos del agresor y sus acompañantes.
Mi mujer temblaba de miedo y se acercó a mi, cosa que no le importó al agresor, pues seguía arremetiendo y profiriendo "la zorra de tu mujer", "os tengo que matar", "os vais a quedar sin dientes", "os arranco la cabeza", etc. Como sería la cosa, que hasta la hija del agresor, de unos 7 años, decía que "a esa mujer [mi esposa] la tengo que matar yo". El hombre no cejó en su actitud de inusitada violencia, agitando los brazos y moviéndose rápidamente de un lugar a otro, gritando constantemente, hasta que llegó la Autoridad.
Llamamos a la guardia civil y pasamos por el centro de salud y el cuartel para denunciar, tras prestar declaración en el mismo lugar de los hechos.
Las lesiones se limitan a dolor en las costillas y en el pecho, y moratones y pequeños dolores en la espalda por el contacto con la puerta de nuestro coche.
¿Podrían indicarme su criterio de cara al próximo juicio rápido? Me gustaría que esta violencia, por una parte, la manera de educar a sus hijos, por otra, fueran objeto de una fuerte llamada de atención, y los desperfectos en nuestro vehículo sean reparados completamente.
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