El termino hace referencia a una supuesta conspiración para el dominio mundial, formada por la alianza entre Judíos y Masones. Durante le etapa franquista, se achacaba a una conspiración judeomasónica el declive de España y la desaparición del Imperio Español.
Como todas las teorías de la conspiración, no existen pruebas de su existencia, influencia ni relevancia en ningún hecho o acontecimiento histórico. El término fue empleado durante la dictadura franquista como propaganda, identificando a los disidentes como pertenecientes a la conspiración judeomasónica comunista, creando la alarma social de que existía un "enemigo invisible" que luchaba para destruir el país, y en general como herramienta para crear la sospecha, el miedo y la desinformación entre la ciudadanía.