Le soy indiferente a los demás
Hace tiempo que tengo un problema y que creo que ha ido empeorando...
A ver, para empezar, soy una chica de 26 años y me considero afectuosa, simpática y con mucha empatía, por lo que no me es difícil comprender a los demás, escucharles... Me gusta mucho ayudar a la gente.
Siempre he pensado que eso son cualidades positivas tanto para mi misma como para los demás, pero últimamente siento como si mi persona fuera indiferente a la gente que me rodea.
Siempre me ha costado mucho hacer amigos, si empezamos en la escuela, yo era una niña muy insegura y mis compañeros del colegio, la mayoría eran todo lo contrario a mi, además que no habían muchos niños en la clase. Tendía a juntarme con los que no eran muy aceptados, porque conmigo se sentían bien y yo con ellos y, de esta manera, me imagino que los demás me metían en el mismo saco y ya no me hacían demasiado caso.
Al llegar al instituto, seguí juntándome con dos de estas niñas de la infancia a las que nadie les hacía demasiado caso... Y en el instituto, la verdad es que no era de las que destacaba en clase ni yo recuerdo ''esforzarme'' demasiado para encajar en algún grupo. La verdad, las veces que lo hice siempre sentí que no era aceptaba y dejaba de esforzarme. Siempre me sentía más cómoda juntándome con dos o tres chicas pero, a pesar de estar cómoda con ellas, tampoco me sentía muy identificada con su forma de ser. De estas niñas ya no he sabido más por cierto, ellas quedan pero a mi no me dicen nada.
Ahora que ya estoy en estudios superiores, me pasa algo parecido. Ya no me considero tímida ni insegura, me he abierto a los demás y desde el primer día de clase me empecé a relacionar con todo el mundo. Pero, algo raro pasa, que veo que se forman grupos y yo estoy en todos y en ninguno. Siento que no encajo ni conecto demasiado con nadie en particular, hay respeto, buenas palabras... Pero siento que las cosas no pasan de ahí. La gente queda para salir fuera de las clases, a mi nadie me dice nada. Yo le he propuesto a algunas para ir a tomar algo o de compras y me dicen que sí... Pero sé que no tienen ganas. Al final todo queda en palabras. El curso ha terminado y no he hecho ningun amigo. Me gustaría saber que hago mal. Es como si llevara una maldición encima desde la infancia.